Donald Trump se transforma en villano de Marvel

Los creadores de Spider-Gwen Annual presentaron a M.O.D.A.A.K., una parodia del precandidato republicano a la presidencia de Estados Unidos.

M.O.D.A.A.K. aparece en el primer número de Spider-Gwen Annual
Estados Unidos /

Hace unos días, Marvel Comics lanzó los avances del quinto número de Civil War II. En una de las portadas alternativas el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, aparece sonriente enfundado en un atuendo de boxeador. Unos días después se reveló el rostro del nuevo supervillano de Marvel: M.O.D.A.A.K.

¿Y cuál es su peculiaridad? Su innegable parecido con Donald Trump. Aunque no es la primera vez que Marvel incorpora figuras políticas en sus páginas, la intervención de Trump resulta particularmente notable por el momento político que atraviesa Estados Unidos.

M.O.D.A.A.K. —acrónimo de Mental Organism Designed As America’s King (Organismo Mental Diseñado Como Rey de América)— aparece en el primer número de Spider-Gwen Annual, una historia que ocurre en un mundo alternativo donde Gwen Stacy (interpretada por Emma Stone en la versión cinematográfica de El sorprendente Hombre Araña) es quien adquiere superpoderes tras ser mordida por una araña radiactiva.

"Si América no actúa, M.O.D.A.A.K. tendrá que hacerlo", decía el villano en una de las imágenes que se difuendieron de este cómic. Aunque la compañía no confirmó que el personaje estuviera inspirado en el precandidato republicano, las referencias a su imagen y a su discurso son evidentes.

Acostumbrado a exaltar a sus héroes, Marvel suele retratar a los políticos estadunidenses como personajes gloriosos o, por lo menos, como aliados del bien —ahí están los casos de John F. Kennedy, Richard Nixon, Ronald Reagan y recientemente Barak Obama—. Entre las figuras de la realidad que ha plasmado como villanos se encuentran Sadam Husein y Adolf Hitler, aunque siempre en tono paródico.

Más allá de la inclusión de figuras políticas, la compañía de cómics ha mostrado una gran habilidad para captar el panorama sociopolítico y usarlo como materia prima de sus creaciones. Frank Miller, autor de Sin City, dijo hace un par de meses que la política es "una fuente de inspiración" que le fascina y a la que no tiene intención de renunciar.

Sin importar el resultado de las elecciones estadunidenses de noviembre, lo que parece seguro es que los dibujantes y guionistas tendrán material suficiente para seguir mezclando la ficción y la realidad, la política y el cómic.

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