“¿Intolerante?, con quien no lee y con el reguetón”: David Toscana

¿Qué sucedería si el Mesías de la Biblia fuera mujer? El regiomontano David Toscana da rienda a la ficción para desarrollar ese escenario en Evangelia (Alfaguara), su nueva novela.

David Toscana
Víctor González
Ciudad de México /

¿Qué sucedería si el Mesías de la Biblia fuera mujer? El regiomontano David Toscana da rienda a la ficción para desarrollar ese escenario en Evangelia (Alfaguara), su nueva novela. Después de varios años en Polonia, el escritor se trasladó a Lisboa donde radica actualmente. Por lo pronto allá está bien, dice, y admite sin empacho alguno que por ahora no contempla regresar a México.

¿Escribe todos los días?

Depende. Cuando estoy trabajando en un proyecto, sí. Pero desde que terminé Evangelia, no he escrito nada.

¿Para desintoxicarse?

No, prefiero asimilar mi siguiente proyecto y darle forma en la imaginación. No se trata de publicar una novela al año.

¿Desde cuándo lee la Biblia?

Desde hace bastante tiempo, cuando era católico. Si eres creyente la lees con temor, por el dogma, en cambio ahora la leo con más libertad. Me interesaban los cuatro evangelios, no por lo qué dicen, sino por cómo lo dicen.

¿Cuál de los evangelistas es mejor escritor?

Está entre Lucas y Juan. Éste último es el más filósofo, pero al mismo tiempo tiene una poesía trastornada que me gusta; Lucas, narrativamente, es el mejor, maneja tensión durante el juicio de Cristo; Marcos es más sencillo y breve.

¿Cuál es tu libro favorito de la Biblia?

El Nuevo Testamento. Me gusta la posibilidad de leer a cuatro autores al mismo tiempo. Del Antiguo Testamento mi libro favorito es el Éxodo.

¿Qué le quitó lo creyente?

El tiempo. La idea de Dios me interesa, la filosofía se ha dedicado durante miles de años a descifrar si por medio de la razón se puede saber si existe o no. Hasta ahora no han llegado a ninguna conclusión. La razón no alcanza ni para creer ni para no creer. Entonces por qué no creer. La pregunta más misteriosa de la filosofía es por qué hay algo en lugar de nada y esto casi siempre lleva a la idea de Dios. Es no quiere decir que se debe cumplir el dogma del catolicismo.

En su idea de Dios o en su interés por la Biblia, ¿dónde encajan los milagros?

No creo en milagros, en todo caso prefiero la ley de probabilidades. No he visto ninguna intervención divina en toda mi vida. Me cuesta mucho trabajo pensar en los milagros pero sí creo en situaciones donde uno es absolutamente impotente y se le reza a un Dios para que las cosas salgan de otro modo.

¿Qué mandamiento es el que le cuesta más trabajo cumplir?

“Amarás a Dios por sobre todas las cosas”, habría que considerar si de verdad es un pecado o no. Si no crees en Dios, todavía te quedan algunos mandamientos, pero sobre todo porque tienen implicaciones éticas como no robar o no levantar falsos testimonios.

Su lado místico irá por el arte, la literatura, intuyo.

En efecto. Prefiero hablar de espiritualidad antes que de misticismo. Me gustan mucho las ideas de Giovanni Pico della Mirandola, quien con su “Discurso por la dignidad del hombre” da entrada al Renacimiento y expone que el Hombre es algo más que una raza privilegiada, y que la única forma de alcanzar un estatus similar al de los ángeles es por medio del arte. Creo que si una persona lee puede ser mejor ser humano, aquí coincido con Schopenhauer.

No sé, hay grandes artistas que como personas son bastante cuestionables…

Muchos no toleraban a Wagner o a Toscanini, quizás los músicos los odiaban, pero ahora que escuchamos su obra hay que estarles agradecidos. Hay ciertas cosas donde lo bondadoso se vuelve mediocre y entiendo que la bondad no siempre tiene que estar. Estamos en un mundo donde nos fastidia mucho ser pesados o intolerantes, pero a la genialidad hay que perdonarle muchas cosas.

¿En nombre de la genialidad se perdona todo?

Casi todo. En la posteridad sí se perdona todo. Si Vargas Llosa asesina a una mujer no se lo vamos a perdonar, pero con el tiempo lo recordaremos por sus obras. En cambio un asesino sin talento siempre será recordado solo por eso.

¿A qué es intolerante?

Al ruido, a la televisión. No es que sea de modales de alta alcurnia, pero me molesta que no se agarre bien el tenedor; también a mezclar vino blanco con tinto. En ciertas cosas soy muy conservador. Soy intolerante con la gente que no lee y con el reguetón.

Coincidirá con Vargas Llosa en que vivimos en la civilización del espectáculo.

De algún modo sí, aunque no he leído el libro. El futbol domina y es un gran espectáculo. Me interesa como fenómeno, no como deporte.

¿Un escritor es como un Dios?

No, tampoco lo bajo al nivel de un obrero, sí es un artista. Rulfo, Kafka, Onetti, García Márquez, son artistas, y tan es así que tienen su propia declinación: ‘kafkiano’, ‘rulfiano’, ‘onettiano’, cosa que Vargas Llosa no tiene.

¿Mario Vargas Llosa no es un artista?

No. Pienso en él como un hombre de mucho oficio, pero no como un artista. Crea personajes y situaciones, pero su prosa, en comparación con la de Márquez o la de Rulfo, tiene muchas diferencias.

RECUADRO

Nació en Nuevo León en 1961. Se graduó como Ingeniero Industrial y en Sistemas por el ITESM. Es autor de los libros Las bicicletas, Estación Tula, Santa María del Circo, El último lector, Duelo por Miguel Pruneda, El ejército iluminado, Los puentes de Königsberg, La ciudad que el diablo se llevó y Evangelia. Ha ganado los premios Antonin Artaud, Narrativa de Colima, José Fuentes Mares y Casa de las Américas.

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