“Un cuento se puede contar de tantas maneras tan distintas; nosotros unimos la literatura, la música y el ballet”, explica a MILENIO Reyna Pérez, directora de la compañía Ardentía, quien se refiere a la selección de cuentos tradicionales de la Europa de los siglos XVII y XVIII, así como narraciones fantásticas del México antiguo.
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Imagon y los cuentos del vagabundo, uno de los montajes más exitosos y representativos de esta agrupación en torno al poder de la imaginación, ofrecerá funciones los domingos 12, 19 y 26 de febrero a las 13:00 horas en el Teatro de la danza, ubicado en el Centro Cultural del Bosque.
“Me encanta el personaje de Einstein y para esta historia lo convertí en un ser puramente matemático, pero que viene del futuro y su función es fomentar en los niños la imaginación. Por eso él se llama Imagón, quien recupera la filosofía del científico alemán, la cual deja plasmada en una frase maravillosa: 'Cuando uno no sabe qué hacer, lo más importante es imaginar'”, dice Pérez, creadora de este espectáculo.
“Uno de mis propósitos es dejar el mensaje del valor de la fantasía, la imaginación y el conocimiento como herramientas esenciales para ser libres, vivir en paz y felices”, expresa la coreógrafa.
El reto es que los bailarines tienen que hacer una Bella durmiente clásica, pero en la sección que corresponde a los alebrijes o aluxes tienen que hacer uso de una técnica llamada "pulsadas", que consiste en que a través de su propio equilibrio los cuerpos se suspenden, es un poco como danza acrobática.
“Por otro lado, por ejemplo, en 'El soldadito de Plomo' el bailarín enfrenta la dificultad de bailar con una sola pierna y apoyarse en un rifle que hacer las veces de muleta. Los bailarines tienen que ser muy hábiles y muy fuertes”, explica Pérez.
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