A los 74 años —con 21 libros publicados, traducidos a 35 idiomas y más de 67 millones de libros vendidos— Isabel Allende aún se siente encantadora y seductora. Su vida no ha sido sencilla: nació en medio de una guerra mundial y tuvo que vivir una de las dictaduras más brutales de la historia. Sin embargo, la escritora chilena aún conserva la vitalidad que descubrió a los 17 años. Hace un tiempo se subió al escenario de TED (Tecnología, Entretenimiento, Diseño) —una plataforma dedicada a difundir ideas en varios rubros de la actividad humana— para dar una charla sobre las vicisitudes que supone la edad. Éstas son algunas lecciones que todos podemos aprender de ella.
- Mary Oliver dice en uno de sus poemas: "Dime, ¿qué planeas hacer con tu preciosa y desenfrenada vida?" Yo pretendo vivir apasionadamente.
- Envejecer se trata de la actitud: en realidad empezamos a envejecer al nacer y cada quien lo experimenta de manera diferente.
- Todos nos sentimos más jóvenes de lo que somos en realidad, porque el espíritu nunca envejece.
- Con los años he perdido personas, lugares y la energía ilimitada de mi juventud. Estoy empezando a perder la independencia, y eso me asusta. Pero si uno aprende a aceptarlo, hay menos sufrimiento.
- Cuando me siento monótona y aburrida, finjo: actitud.
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¿Qué ha ganado Isabel Allende con la edad?
- Libertad: ya no tengo que demostrar nada. No estoy atrapada en la idea de quién fui, de quién quiero ser, o qué esperan los demás que sea.
- Mi cuerpo puede estar cayendo a pedazos, pero mi cerebro todavía no. Le sigo diciendo a mi superyó que me deje disfrutar lo que todavía tengo.
- Me siento más liviana. Ya no siento rencor, ambición o vanidad, ninguno de los pecados capitales por los que ni siquiera vale la pena preocuparse. Aprendí que es bueno dejar ir.
- Ya no me asusta ser vulnerable; ya no lo veo como una debilidad.
- Trato de vivir a conciencia y estar presente en el momento.
Cómo mantener la pasión, según el humor de Isabel Allende.
- Para una mujer vanidosa como yo, es muy difícil envejecer en esta cultura. Por dentro, me siento bien, encantadora, seductora, sexy, pero nadie más ve eso.
- El Dalai Lama ha envejecido maravillosamente, pero ¿quién quiere ser vegetariano y célibe?
- Yo todavía tengo fantasías eróticas con Antonio Banderas y mi pobre marido tiene que soportarlo.
- Hay que entrenar, decir sí a lo que venga: drama, comedia, tragedia, amor, odio, pérdidas. Decir sí a la vida.
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