Una nueva y refrescante forma de hacer cine irrumpió este jueves en el Festival de Cannes de la mano del canadiense Xavier Dolan, que a los 25 años aspira a la Palma de Oro con "Mommy", un drama cargado de emociones sobre una madre que cría sola a un hijo problemático.
Con toques de comedia, por momentos desgarrador, el quinto largometraje de Dolan es un melodrama entre tres personajes: Diana (Anne Dorval), su hijo Steve (Antoine Olivier Pilon) con problemas psiquiátricos y ataques de agresividad y Kyla, una vecina que transformará para bien la vida de ambos, al menos durante cierto tiempo.
Estrenada en la recta final del festival que concluye el sábado con la atribución de la Palma de Oro, la película fue aclamada en el pase a la prensa, que aplaudió incluso un efecto de encuadre ocurrente durante la proyección.
Si como algunos lo esperan gana el máximo galardón, con 25 años Dolan sería el director más joven en obtenerlo para una obra de ficción. Louis Malle ganó la Palma de Oro en 1956 a los 23 por el documental "El Mundo del silencio" junto a Jacques-Yves Cousteau.
Pero el canadiense tiene varios adversarios de talla por delante, incluyendo el británico Mike Leigh con su esmerado "Mr Turner", los hermanos belgas Dardenne y su "Dos días, una noche", muy aplaudida, y "Tombuctú" de Abderrahmane Sissako, outsider en la contienda.
Pero allí donde en su drama de contexto social los Dardenne se manejan en los límites de un guión que podría ser el de un juego de tele-realidad, Dolan cautivó con un filme sensible y lleno de ocurrencias e innovaciones.
En primer lugar el formato perfectamente cuadrado de la imagen, ilustración formal del encierro en que caen los personajes, y que según explicó el joven realizador "corta las distracciones horizontales".
Sin figura adulta masculina
La acción transcurre en un futuro cercano en Quebec, donde una nueva ley simplifica los trámites para que los adultos internen a menores problemáticos en instituciones psiquiátricas.
La madre de Steve decide encarar sola la crianza del chico incontrolable. La amistad de ambos con una vecina permitirá a los tres vivir un efímero período de felicidad y esperanza.
Pero Steve pasa de la ternura al amor descontrolado por su madre, con raptos de insultos y agresividad que ejerce también sobre desconocidos. El triángulo cerrado de dos mujeres y un adolescente conduce a un encierro que rechaza el mundo exterior y no logra contener las explosiones de violencia del chico.
"Se trata de gente que se ama profundamente --explicó a la AFP el realizador-- pero ese amor es desafiado por la vida misma, por la enfermedad y por un sistema que los condena al ostracismo".
En el universo de Dolan son escasas las figuras masculinas adultas: "no es una figura que me impresione, la del padre", admitió. "Es ya casi una costumbre que en mis películas el padre sea evacuado".
Hijo de un actor y cantante de Quebec, Dolan enfrentó por primera vez el objetivo de una cámara a los seis años, en publicidad para una empresa farmacéutica, antes de actuar en varias películas y series de televisión.
Autodidacta, dirigió y protagonizó a los 19 años un primer largometraje parcialmente autobiográfico en el que revela al pasar su orientación gay: "He matado a mi madre" recibió en 2009 tres premios en Cannes, en la sección Quincena de Realizadores, que inauguraron su fama de joven prodigio del cine.
"Mi película --dijo Dolan en Cannes-- es un mensaje de esperanza para toda la gente de mi generación, para invitarlos a que se expresen, cualquiera sea su edad".