Al ingresar a la Galería Forjadores de México destacan siete artesanales cabinas ensambladas con huacales; en cada una de ellas, un autorretrato de Aleksandra Mallet revela un estado emocional: rabia, alerta, miedo, delirio, alivio, confianza, relajamiento.
El espectador completa la experiencia al escuchar con audífonos las piezas de música electrónica “esculpidas” por el DJ Christian Sjöholm, con la expresión vocal de estas emociones en la voz de la artista.
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Mediante la combinación de los trazos de pintura acrílica, al óleo y ultravioleta, intervenidos por la música digitalizada, el público experimenta el flujo y cambio que constantemente viven las emociones durante los siete días de la semana.
La primera exposición de la pintora finlandesa en la CdMx presenta estas originales “Pinturas de voz”, nacidas del diálogo creativo de Mallet con el artista sonoro, además de otras de sus pinturas que profundizan en el diálogo interno femenino durante el proceso de la maternidad y en la naturaleza femenina retratada como el arquetipo de una mujer-árbol.
En las cabinas, imagen y audio de las emociones (AG)
Para Alexandra Mallet, la exposición combina su instinto maternal con la naturaleza de México. “Desde la espera de mi primer hijo, he desarrollado un profundo interés en mi naturaleza interna como mujer. El cuerpo de una mujer crea una nueva vida, transformándose en el proceso. Al igual que un árbol que creció a partir de una semilla, el niño se genera a partir de una semilla dentro del útero”.
Mallet nació en 1984 en Helsinki, Finlandia, donde incursionó en la pintura y la fotografía inspirada por su madre, la artista Eeva Maria Kahakorpi. Obtuvo una Licenciatura por la escuela de Bellas Artes y trabajó como galerista y curadora en la Galería Ateljeejee. Realizó diversas exposiciones en Finlandia, Francia y Alemana. En México ha participado en exhibiciones en Mérida, Puebla y ahora en la CdMx.
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Christian Sjöholm nació también en Helsinki en 1980. Se formó en bellas artes y ha ejercido como DJ durante más de 18 años, con un estilo basado en la tradición de la cultura de la música electrónica contemporánea y experimental. Trabaja con sonidos y visuales creando paisajes que incorporan grabaciones de campo, síntesis análogas y policrythms.
Para la colaboración con Mallet, unió los sonidos vocales femeninos para esculpirlos con la ayuda del procesamiento digital —retrasos, efectos, ecos— y crear un paisaje sonoro con múltiples niveles de observación para el oyente.
El DJ finlandés Christian Sjöholm (AG)
En entrevista con Milenio, Aleksandra narra: “Vine por primera vez a México de vacaciones hace dos años y me enamoré del país. Regresé dos veces más, pero tenía que trabajar para mi exposición en Berlín, así que luego de presentar la muestra allá pude venir a vivir a México por un periodo largo de tiempo. Me instalé en la Ciudad de México pero el sismo de septiembre destruyó mi casa y como mi esposo estaba trabajando en un proyecto en Yucatán, decidí irme a vivir a Mérida al menos por seis meses”.
Sobre el proceso de trabajo para esta exposición, señala: “Al pintar en la Ciudad de México, mis primeras pinturas mexicanas fueron influenciadas por ella. Pensé en trabajar una exposición con este material, pero entonces me mudé a Mérida y allá me fascinó la cultura maya, la naturaleza, la luz, el color de la ciudad de Mérida. En mi estudio trabajé con esos colores, como el azul maya, y en los últimos siete meses pinté la mayoría de las obras que están aquí. Antes de exponer aquí presenté una exposición en Puebla sobre la naturaleza y las mujeres”.
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Sobre la participación de Christian comenta que “hemos sido amigos durante muchos años y el trabajó conmigo en mi exhibición en Berlín. Desde entonces tuvimos la idea de hacer una obra de arte musical juntos. Así que lo contacté hace tres meses y lo invité a participar conmigo en este proyecto”.
Sobre el proceso creativo de las piezas, Christian Sjöholm comentó a Milenio: “Aleksandra y yo somos viejos amigos y compartimos interese en música y artes. Ambos teníamos curiosidad para saber qué podíamos hacer juntos, tanto en la música como en el arte plástico. Ella me invitó a México a participar en este proyecto y me dio total libertad para realizar el trabajo de crear las piezas. Cada pieza musical debía responder al sentimiento y la emoción de las pinturas. Fue un trabajo de colaboración que a mí me tomó dos meses y a ella dos años de trabajo. Quise que fueran piezas muy intensas, no un mero fondo musical, sino integrar mi trabajo musical y la voz de Aleksandra a las obras plásticas”.
La exposición permanecerá hasta el 16 de abril en la Galería Forjadores de México, en la calle Amatlán # 79, de la colonia Condesa en la CdMx.
El rostro y la música del miedo (AG)
AG