Alfonso Cuarón fue el primer latinoamericano en conseguir el Oscar al mejor director (Gravity) y hoy se convirtió en el primer mexicano que se lleva el León de Oro del Festival de Venecia con una película bajo bandera de su país: Roma.
A sus 56 años se hizo con un premio que, en 75 años de historia del certamen italiano, muy pocas veces ha tenido apellidos castellanos: Luis Buñuel, Lorenzo Vigas y el año pasado Guillermo del Toro, su amigo y el encargado de anunciar este año el galardón en calidad de presidente del jurado en Venecia.
De niño quería ser astronauta y no viajó a la Luna pero sí conquistó el firmamento de Hollywood y siete Oscar con la odisea espacial Gravity (2013).
Su carrera, dijo el año pasado el realizador, ha estado plagada de inseguridades. Nacido en la Ciudad de México, vivía cerca de unos estudios de cine y bien pronto comenzó a fantasear con hacer películas, un sueño que cumplió con su debut, la exitosa comedia Sólo con tu pareja (1991).
La cinta no se estrenó en los cines estadounidenses, pero Sydney Pollack la vio y lo tentó con Hollywood, donde estrenó en 1995 Little Princess, su primer proyecto en Estados Unidos y uno de los que se siente más orgulloso, pues lo hizo contracorriente, con la oposición de los productores y el guionista, que no lo querían a él en la silla de director, según contó el año pasado en Cannes.
Con ocho largometrajes en su haber, el director es de los que no vuelve a ver las películas una vez terminadas. Y de la única que ha mostrado arrepentimiento es Great Expectations, un trabajo que reconoce abiertamente que aceptó por dinero.
La frustración por aquella experiencia le llevó a México de nuevo, donde rodó Y tu mamá también (2001), la cinta que lo colocó en el panorama festivalero, que lo lanzó realmente como autor y que llevó a que Gael García Bernal y Diego Luna se hicieran en Venecia con el trofeo a los actores noveles.
A este éxito le siguió Harry Potter y el prisionero de Azkaban (2004), la más elogiada de la saga y una producción que no existiría si no fuera por Guillermo del Toro, quien le reprochó haber descartado filmarla sin haber leído los libros.
Cuarón, que se anticipó a los tiempos y rodó la reflexión distópica Children of Men (2006), conformó junto a Del Toro y Alejandro González Iñárritu el trío más exitoso de directores mexicanos en Hollywood.
Tras el exitazo de Gravity, el cineasta regresó a México para rodar la que tal vez haya sido su producción más personal: Roma, un homenaje a la niñera que le cuidó de pequeño y un sentido retrato de su infancia.
La cinta, que un principio tendría que haberse estrenado en el Festival de Cannes, donde Cuarón nunca compitió hasta ahora, se lleva ahora el máximo galardón del festival más veterano del mundo: el León de Oro, una gratificación más para la tenacidad de un cineasta con el sello de autor.
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