Por qué leer al mejor escritor paraguayo en su centenario

Con un congreso en Asunción se conmemora el centenario de Augusto Roa Bastos, el más importante escritor de su país y Premio Cervantes 1989; te invitamos a leerlo

Ciudad de México /

Augusto Roa Bastos, ganador del Premio Cervantes en 1989, es considerado el mejor escritor paraguayo y uno de los más importantes de Latinoamérica; por ello, para conmemorar el centenario de su nacimiento, se realizó esta semana en Asunción, capital de ese país, el congreso “Augusto Roa Bastos entre la literatura y la historia de América Latina y el Caribe”.

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Nacido en 1917 y fallecido en 2005, Roa Bastos vivió 50 años en el exilio ante las dictaduras militares que padeció Paraguay, en especial la del general Alfredo Stroessner, quien sometió a ese país a un régimen dictatorial de 1954 a 1989. Roa Bastos fue siempre un disidente, un opositor beligerante con frecuencia perseguido y hostigado, pero siempre mantuvo una actitud de izquierda y de rechazo a la dictadura y la opresión de los paraguayos. Por ello, dejó su país al final de los años cuarenta y a partir de entonces vivió en Argentina, Francia y España, hasta que pudo regresar a Paraguay a principios del nuevo siglo.

En su obra nunca planteó de forma panfletaria o dogmática sus ideas políticas. Al contrario, su calidad como escritor lo llevó a lograr una de esas “novelas totales”, tan ambicionadas por los escritores latinoamericanos, capaces de capturar en su escritura la realidad completa de un país y su sociedad.

[OBJECT]Su novela Yo el Supremo fue publicada en 1974 y representa su mayor logro literario. Es considerada una obra maestra y se cataloga entre las cien mejores novelas en lengua castellana. Escrita a lo largo de seis años, la obra recupera la figura de Jopsé Gaspar Rodríguez de Francia, dictador Supremo que gobernó el Paraguay entre 1814 y 1840, fue artífice de su independencia y cerró el país a cualquier influencia externa. A través esta voz —y de otras voces que se infiltran y acotan, discuten, contradicen—, Roa Bastos hace tanto una reconstrucción del período histórico como una profunda y compleja reflexión sobre el poder.

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Desde el momento de su aparición recibió elogios de la crítica y terminó de darle a Roa un reconocimiento internacional. El escritor argentino Tomás Eloy Martínez dijo que se trataba de “uno de esos grandes libros-madre a partir del cual nacerá la literatura de los años venideros”, mientras que Ricardo Piglia escribió: “Si se quiere ver qué niveles puede alcanzar una práctica revolucionaria en literatura léase Yo El Supremo de Roa Bastos: esa novela es admirable”.

[OBJECT]Habiendo vivido toda su infancia en el pueblo guaraní de Iturbide, Roa Bastos tuvo una formación bicultural y bilingüe, lo cual le ayudo a escribir una literatura de gran profundidad, compleja y caracterizada por retratar la cruda realidad del pueblo paraguayo a través de la recuperación de la historia de su país y la reivindicación de su carácter de nación bilingüe.

El escritor paraguayo fue también poeta, dramaturgo, periodista y guionista de cine. Otra de sus obras máximas es la novela Hijo del hombre (1960), donde se transluce la influencia que la lectura de la Biblia dejó en él desde pequeño. Públicó medio centenar de libros de cuentos, novelas y poesía, y recibió el Premio cervantes en 1989.

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El congreso en conmemoración de Roa Bastos, celebrado esta semana en Asunción, lo encabezaron el escritor nicaragüense Sergio Ramírez, y el argentino Mempo Giardinelli.


AG

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