Octavio Paz siempre lo definió como "el hombre-puente": un vínculo entre México y España, entre el catalán y el español, entre el ensayo y la poesía. Ese puente dejó de existir a los 93 años de edad.
A fines de 1939, Ramón Xirau (Barcelona, España, 1924) llegó a México y ya jamás se fue. Aquí encontró el espacio para su desarrollo intelectual, pero también halló las vidas, los paisajes y las lecturas que definieron su personalidad poética.
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"México me dio todo. A la generación de mis padres les dio la posibilidad vivir; en mi caso, como llegamos muy chicos, era más fácil adaptarse, aunque siempre hubo un problema: el deseo de volver a España, cuando teníamos 16 o 17 años, pero con armas para luchar contra el franquismo", dijo alguna vez a MILENIO, en enero de 2009.
Cuando acabó ese deseo, empezó a pensar desde un punto de vista netamente mexicano: "Pienso en España, pero me siento en casa aquí. Sí me entiendo bien con los poetas catalanes recientes, pero son distintos, porque la experiencia de mi vida es muy distinta".
Su bibliografía se integra con títulos como Palabra y silencio, Naturalezas vivas, De Mística, Dos poetas y lo sagrado, El tiempo vivido, De ideas y no ideas o Poesía y conocimiento. Naturalizado mexicano en 1995, Ramón Xirau obtuvo premios como el Mazatlán, el Alfonso Reyes, el Universidad Nacional o el Nacional de Ciencias y Artes.
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"La filosofía ha sido parte de toda mi vida, de mi enseñanza y todo, pero lo que siento más es la poesía", señaló el escritor.
"En cierto modo van al encuentro de lo mismo, de eso que llamamos —sin definirlo mucho— verdad. En la poesía es como ver el jardín, es una cosa mucho más inmediata, incluso intuitiva. La filosofía implica más la reflexión, lógica, sobre todo más argumentación", confesó Xirau a MILENIO en 2007, con motivo de la aparición de su Poesía completa, publicada por el Fondo de Cultura Económica y traducida por Andrés Sánchez Robayna.
Miembro del Colegio Nacional y de la Academia Mexicana de la Lengua, ganador de diversos premios en México y en el extranjero, Ramón Xirau se consideraba como un filósofo creyente en Dios, lo que de muchas maneras ha reflejado en su poesía, a través de la búsqueda de lo sagrado, seguro de que la pérdida de fe es una característica de nuestro tiempo.
FM