Las calaveras literarias son una añeja tradición mexicana. ¿Quién no ha intentado alguna vez hacer una “calaverita”? Si no sabes cómo escribirlas, aquí te damos unos sencillos pasos.
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Utilizadas sobre todo para satirizar a personajes célebres o políticos, así como para mostrar desaprobación o disgusto antes las autoridades, al idear y escribir estos versos es primordial el uso de la burla o ironía
Características
1.- En su composición se resalta el verso tratando a la persona como si estuviera muerta o se dedica a la que ya falleció. En su mayoría, las calaveras suelen acompañarse de ilustraciones sobre el texto e imágenes que recuerden a la muerte.
2.- Generalmente se trata de un epigrama, es decir, “una composición poética breve que expresa un pensamiento principal festivo o satírico de forma ingeniosa”.
3.- El hilo conductor de la calavera tiene que ser un personaje o hecho político, social o cultural.
4.- Se debe escribir jocosa y creativamente acerca de las personas “retratadas” y haciendo alusión a su muerte de forma burlesca.
5.- Debe ser escrita en estrofas de 4 versos denominadas cuartetas. Preferiblemente cuatro o cinco.
6.- Son composiciones con rima consonante, que se produce entre dos o más versos distintos, cuando las sílabas de sus últimas letras coinciden a partir de la vocal acentuada.
7.- Deben ser de métrica constante, siendo la más usual la de los versos de ocho sílabas (octosílabos), los más usados en los versos populares y en las canciones mexicanas como los corridos.
Como ejemplo de una calavera literaria magnífica, reproducimos aquí, con indicaciones silábicas y métricas, una creación de José Guadalupe Posada. Son cuartetas (cuatro versos) señaladas con número en cada estrofa para mayor claridad, y con indicaciones numéricas bajo los versos octosílabos (ocho silabas). Asimismo, se indica con letras cada verso de la primera estrofa (a,b,c,d). Como se ve, riman el verso 1 con el 3 y el 2 con el 4.
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La figura de la sinalefa se da cuando dos sílabas se funden sonoramente y equivalen a una; de igual forma, recordemos que los versos de ocho sílabas, cuando terminan en palabra aguda, deben llevar sólo 7 sílabas poque al oído suenan como si tuvieran ocho. Entonces, no es cuestión sólo de sumar con los dedos, sino también de utilizar el oído como base de la métrica.
‘Rebumbio de calaveras’
(a) Quien quie - ra go - zar de ve - ras
1 2 3 4 5 6 7 8 (sílabas)
(b) y di - ver - tir – seun* – ra - tón, (*sinalefa)
1 2 3 4 5 6 7 (finaliza en aguda: 7 sílabas)
(c) ven - ga con las ca - la - ve - ras
1 2 3 4 5 6 7 8
(d) a go - zar en el pan - teón (sinalefa).
1 2 3 4 5 6 7
(2) Literatos distinguidos
en la hediondez encontré
en gusanos confundidos,
sin ellos saber porqué.
(3) Y en gran tropel apiñados
Los vendedores corrían
contentos y entusiasmados
por el negocio que hacían.
(4) Cereros de sacristía
que roban la cera al rato,
que con mucha sangre fría
se echan el sufragio al plato.
Con estas sencillas indicaciones y el ejemplo claro del Rebumbio de calaveras, ya puedes empezar a hacer tu calaverita. Recuerda que hay que irla trabajando y puliendo hasta una versión final definitiva.
AG