Falso, que sólo usemos 10% del cerebro: Feggy Ostrosky

En el marco de la expo Talent Land, la doctoraFeggy Ostrosky—especialista en neurociencia— habló de la inteligencia y de algunos mitos sobre nuestro cerebro.

¿Realmente sólo usamos el 10% de nuestra capacidad cerebral?
Editorial Milenio
Ciudad de México /

El pasado jueves 5 de abril, la doctora Feggy Ostrosky estuvo presente en Talent Land, una de las muestras tecnológicas más importantes del año en América Latina. En esa ocasión, habló sobre su especialidad: el cerebro, y abordó temas como la inteligencia y la relación de la psicología humana con la tecnología.

Luego de su celebrada ponencia, MILENIO pudo contactar a la doctora Ostrosky, quien dedicó unos minutos para contestar algunas de las preguntas más comunes acerca del cerebro humano y la inteligencia, y también para echar por tierra algunos mitos comunes, como el de que "sólo usamos el 10% del cerebro".

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La doctora Feggy Ostrosky Shejet es egresada de la Facultad de Psicología de la UNAM y una reconocida especialista en los aspectos neurofisiológicos del lenguaje y la relación entre el cerebro, la cognición humana y la conducta. Además es autora de más de 20 libros y una importante divulgadora de la ciencia neurológica en diversos medios de comunicación.

MILENIO: Estando en Talent Land, un sitio donde conviven la inteligencia humana con la inteligencia cibernética, en términos generales, ¿cómo definiría la inteligencia?

Feggy Ostrosky: Existen tantas definiciones de inteligencia como psicólogos. Para unos es "la capacidad de resolver problemas", o de hacerlo rápido, y para otros es la capacidad de aprender. También hay que considerar que existen muchos tipos de inteligencias.

Por otro lado, además de la inteligencia está también la creatividad, que es la capacidad de resolver problemas de forma novedosa, conectando ideas o conceptos que antes no estaban conectados. A mí me gusta una frase que dice: "La inteligencia es la fuerza que mueve al mundo, y la creatividad es la que hace que gire".

En Talent Land hay gente con ambas capacidades, pero no necesariamente es gente muy feliz. Eso es lo que vengo a decir: que la satisfacción vital implica que nuestro cerebro no esté enfocado sólo en los aspectos de la inteligencia y creatividad, sino que también deben tomarse en cuenta aspectos personales, emocionales y sociales.

M: ¿Cuál es la principal diferencia entre la inteligencia natural y la artificial?

FO: La inteligencia artificial es la capacidad de una máquina de absorber una gran cantidad de datos, resolver problemas rápidamente y generar nuevas formas de aprendizaje, y en la inteligencia humana juegan un importante papel las emociones: ésa es la principal diferencia.

Un ejemplo: ayer vimos a la robot humanoide Sophia —por cierto, yo no estaba segura si ésta estaba siguiendo instrucciones complejas mientras respondía a preguntas preestablecidas— y vimos que aunque movía las manos y hacía gestos, mostraba un rango muy limitado de emociones.


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M: La gente inteligente, ¿nace o se hace?

FO: Las dos cosas. La inteligencia es como una 'buena mano' en una partida de póker: naces con ella por herencia de tus padres o porque tu mamá no estuvo desnutrida en el embarazo; así, hay gente que nace con 'póker de ases' y otra con cartas menores.

Pero el medio ambiente también juega un papel, pues el cerebro humano tiene una gran capacidad de plasticidad y de modificarse en relación a la experiencia; entonces, aunque no hayas recibido una 'buena mano', pudiste tener maestros extraordinarios u otras figuras rescatadoras que te permiten desarrollar tu inteligencia.

M: Al estar en constante contacto con la tecnología, ¿el cerebro se modifica?

FO: Hay un estudio que ilustra las diferencias entre leer en papel y leer en una pantalla: cuando lees en la computadora, la información entra directo al sistema visual y no pasa por el sistema crítico; en cambio, cuando lees en papel, la lectura es mucho más profunda. Entonces, en efecto, las conexiones de tu cerebro están cambiando por el uso de la tecnología.

M: La utilización de redes sociales y mensajería instantánea, ¿también modifica el cerebro?

FO: Claro, porque se establece un nuevo aprendizaje de las emociones. Cuando hablas en vivo con una persona, estás ejercitando la 'teoría de la mente', que es un término de la neurociencia que describe mi interés por descrifrar si me estoy comunicando efectivamente con el otro y si éste está interesado.

Esto se está perdiendo. Y de igual modo que el cerebro es plástico para aprender nuevas cosas, aquellas capacidades que no se ejercitán, desaparecen; esto conduce a mucha soledad, a mucha infelicidad y a la anhedonia, que es la falta de placer.

M: La tecnología, ¿nos hace más o menos inteligentes?

FO: De nuevo, las dos cosas. Pero hay muchas inteligencias. La gente muy tecnológica con frecuencia tiene problemas para ejercer la inteligencia social, y si sólo se utiliza una porción de tu cerebro, es como si sólo usaras tres dedos, cuando tienes la opción de usar tus maravillosas manos.

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M: ¿Es preciso comparar el cerebro humano con el procesador de una computadora?

FO: Creo que es una comparación muy imprecisa, pues el cerebro —aunque tiene limitaciones— tiene muchas capacidades que son producto de millones de años de evolución. Con tu cerebro, tú no repites lo que estás viviendo: tú reconstruyes la realidad. Los modelos de computadora, en cambio, replican la realidad. Y para los humanos, la realidad es una reinterpretación.

M: El cerebro, ¿se puede hacer adicto a la tecnología?

FO: Por supuesto, pues cuando disfrutas usando la tecnología es como si comieras un pastel sabroso, y produces dopamina de modo inmediato, y esa recompensa inmediata, que no se posterga, puede generar adicción. Todo extremo es una forma de barbarie.

M: ¿Cuáles son los cuidados para mantener el cerebro en buen estado?

FO: En primer lugar, tienes que cuidar tu alimentación, porque el cerebro 'tiene que comer'; se recomienda sobre todo almendras, pescado y alimentos que contengan Omega 3. Además, es necesaria la estimulación intelectual que desafie tus capacidades.

Finalmente, es indispensable tener una red de apoyo social: gente significativa con quien puedas compartir tus emociones. Eso, en psicología, se llama resiliencia: la capacidad de convertir experiencias negativas en positivas.

M: Por último, ¿qué tan cierto es que sólo usamos un 10% del cerebro o de la capacidad cerebral?

FO: Es un mito. No sé quién lo inventó, pero es una mentira rotunda. Si yo hago una resonancia magnética funcional de tu cerebro, veremos cómo todo él está iluminándose por la actividad en todas sus partes.

Si todo el día estás tirado viendo la TV, quizá no explotes su potencial. Por ello, siempre hay que desafiar al cerebro aprendiendo cosas nuevas que disfrutes.


FM

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