Discos de la semana: country nuevo y 'prog rock' de Canadá

Lillie Mae, la nueva gran voz del country; Rush, la banda canadiense que reinventó el rock progresivo y System Of A Down, los metaleros que desafiaron al gobierno de Estados Unidos.

Lillie Mae, Rush y Sistem Of A Down en las recomendaciones de esta semana
Ángel Soto
Ciudad de México /
Ésta no sería una sección digna si nuestras recomendaciones no fueran tan eclécticas, como cada semana. Los editores de MILENIO pusimos el ojo en América del norte, con una cantante que, desde los nueve años, es una revelación del country, una banda de Canadá que derrocha energía desde los ochenta y uno de los grupos de metal más desafiantes de la historia.

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  • ‘Forever and Then Some’, de Lillie Mae

Durante los últimos seis años, Lillie Mae ha sido la columna vertebral de la banda que acompaña al músico y productor —y múltiple ganador del Grammy— Jack White en sus conciertos en vivo.

Multinstrumentista, Mae canta, toca la guitarra, la mandolina y el violín. Mae tiene de sorprendente el talento precoz: ha tocado desde los nueve años. A esa edad debutó como la integrante más joven del cuarteto familiar de bluegrass, Jypsi.

Recientemente debutó como solista con Forever and Then Some, producido por White a través de su sello Third Man Records. El disco transpira el country más virtuoso que haya escuchado en años. Canciones como “Wash Me Clean” —el primer sencillo— o “Loaner” revelan que, a los 26 años, es una artista en plena madurez, capaz de combinar con elegancia los elementos del blues y el country, y de cantarle al amor perdido de una forma en la que sólo titanes como Dylan pueden alcanzar.

No obstante, Mae no suma su música a la larga lista de creadores de la gran canción americana: se despega de ellos y entrega su propia versión.

[Ángel Soto]


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  • 'Moving Pictures', de Rush

Rush es, sin lugar a dudas, la banda con mayor relieve que Canadá ha legado a la historia de rock progresivo. Sus tres integrantes son, individualmente, auténticos virtuosos en cada uno de sus instrumentos: Geddy Lee, con su voz aguda y sus complicadas líneas de bajo; Alex Lifeson, un auténtico artesano de la guitarra eléctrica, y el incontenible Neil Peart, quien es simplemente uno de los mejores bateristas, no sólo del prog rock, sino de entre todos los mortales que se han sentado en un banquillo y empuñado un par de baquetas.

Y en este álbum, de 1981, uno de los tríos más energéticos y eficientes del progresivo estaba en plenitud de facultades: el acto empieza con uno de los mejores lados A que uno podría encontrar: “Tom Sawyer”, una canción compleja y brillante sobre las aventuras del mítico personaje, seguida de la vertiginosa “Red Barchetta”, a la que le siguen una asombrosa composición instrumental lleva de virtuosismo, “XYZ”, y finaliza con la fresca y optimista “Limelight”. Algunos críticos se aventuran a decir que este cuarteto de canciones es, simplemente, perfecto.

Moving Pictures no sólo es, por mucho, el mejor trabajo de Rush: también es uno de los mejores del prog rock —y, para acabar pronto, de todo el panorama del rock—. Si te gusta la emoción fuerte y quieres probar subirte a una auténtica montaña rusa de acordes, melodías y combinaciones, en la que la incontenible base rítmica de Lee y Peart se sentirán como un continuo, pero agradable, golpeteo en tus riñones, simplemente da play o deja caer la aguja… y déjate llevar.

[Francisco Masse]


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'Toxicity', de System of a Down

El segundo álbum de estudio de la banda armenio-estadunidense es probablemente uno de los más notables en la historia del heavy metal. Alcanzó triple certificación platino en Estados Unidos luego de vender más de 2 millones 700 mil copias. Muchas de ellas fueron vendidas después de los ataques del 11 de septiembre.

El grupo combina numerosos estilos musicales: desde death metal, thrash, baladas, hasta ritmos orientales. Las canciones del álbum fueron polémicas por sus duras críticas al gobierno, a la sociedad y por tratar temas sensibles como el suicidio, la drogadicción y la religión.

Luego de haber escrito más de 40 canciones —y haber grabado 33— el grupo decidió dejar sólo 14 en la versión final, entre las que destacan "Toxicity", "Chop Suey" y "Aerials", convertidas actualmente en himnos del metal.

Además, canciones como "ATWA", escrita en honor a los pensamientos ambientales de Charles Manson, "Prison Song", "Psycho" y "Bounce", se han convertido en estandartes de SOAD y no dejan de sonar en sus conciertos.

[Rogelio Loredo]


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