Ante las dificultades que enfrenta la industria editorial en nuestro país, Sexto Piso se alista a dar nuevas características a su catálogo a corto y mediano plazo, con títulos que puedan interesar a los jóvenes —sin por ello perder la calidad—, al tiempo de publicar a autores y temáticas más vinculadas con nuestro país.
De acuerdo con Eduardo Rabasa, editor de Sexto Piso, la intención es elaborar nuevas estrategias a fin de acercar los libros a los lectores y, con ello, contribuir a que la industria intente superar sus desafíos, en un tiempo en que las ventas disminuyeron de manera importante.
“El 2017 fue bastante difícil, no solo porque han bajado mucho los programas gubernamentales de adquisición de libros, lo que para las editoriales en México es muy importante, sino porque con la emergencia ante los sismos terminó siendo un año complicado. Pensamos que con las elecciones también va a ser difícil, porque se va a concentrar toda la atención en ese tema”.
Para ello, explica el también escritor, una de las apuestas será publicar títulos que “puedan tener más desplazamiento, sin bajar la calidad”, al tiempo de diferenciar cada vez a la oficina de España de la de México, porque en el pasado compartían el mismo plan y ahora se buscará darle un perfil mucho más específico, incluso “creo que es el año que vamos a producir más libros locales, de autores que creemos tendrán más fuerza aquí”.
“Uno de nuestros libros más fuertes este año, por ejemplo, al que le tenemos mucha fe, es un volumen para jóvenes con el tema de corrupción, a cargo de Luigi Amara, que va a ser ilustrado por Trino”.
Varios escritores reflexionarán acerca de la participación de México en los mundiales de futbol, de 1970 a la fecha —bajo el título tentativo de Anatomía de la decepción—, entre quienes están el mismo Amara, Antonio Ortuño, Guillermo Fadanelli, Brenda Lozano, Claudina Domingo y Juan Pablo Villalobos.
De acuerdo con el también colaborador de MILENIO, Sexto Piso ha sido más reconocida como una editorial de traducciones, en ocasiones publicando a autores que eran totalmente desconocidos en el mercado mexicano, y que “ahora son escritores importantes en todos los sentidos”.
“Lo que nos hemos dado cuenta es que son procesos bastante lentos, muchos llevan años, mientras en el corto plazo ya empezábamos a tener problemas porque ya resultaba muy complicado pensar en obras o autores que van a pegar en cinco años”.
La idea es equilibrar su catálogo con autores un tanto más conocidos. “Aunque suena a cliché, estoy convencido que la calidad no está peleada con que pueda llegar a un público más amplio”, sin perder de vista el sello que le ha permitido mantenerse en el mercado a lo largo de 16 años, a decir de Eduardo Rabasa.
“Hay quien nos ha dicho ‘¿por qué no publicas un best seller’ y mi respuesta es muy sencilla: ‘dime cuál y encantado’, pero en realidad ni siquiera lo sabría seleccionar”.