El escritor Eduardo Mendoza —Premio Cervantes 2016— considera que se está perdiendo literatura en beneficio de la lectura. Por eso cree que "no es muy importante que la gente lea. Lo que es importante es que algunos lean y lo hagan bien. Los demás, que hagan lo que les de la gana".
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[OBJECT]Al igual que cree que no es decisivo que todo el mundo haga recetas de cocina complicadas sino que haya algunos buenos cocineros, Mendoza insistió en defender la enseñanza de la literatura de los clásicos, esos libros "difíciles pero enriquecedores".
Para Mendoza, la enseñanza de la literatura no debe justificarse ni tiene por qué ser divertida ni enrollada, sino "como era antes": una asignatura en la que te digan "que te tienes que aprender un soneto de memoria y si no, te quedas sin recreo".
Durante un encuentro con la prensa un día después de recibir el Cervantes, Mendoza depositó un legado personal en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes, en la que permanecerá custodiada hasta dentro de 20 años.
Un legado cuyo contenido no quiso desvelar ya que no hacerlo, explicó, era su "venganza" contra ese "entierro parcial anticipado" que suponía depositarlo en la caja.
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