En 1984, la escritora y crítica de arte argentina Marta Traba recurrió a la geografía metafórica para decir que la literatura hecha por mujeres “no está en contra, ni por encima, ni por debajo de la literatura masculina”. Al contrario, “ocupa un espacio diferente”.
Por otro lado, Susana Reisz —crítica literaria de la Universidad de Nueva York, especializada en teoría literaria feminista— no habla de literatura femenina, sino de “escritura con marca de feminidad textual”, un tipo de literatura que “expresa formas de la experiencia […] condicionadas por el carácter patriarcal de la institución literaria”.
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Ese condicionamiento se ha registrado con lamentable frecuencia en la historia del canon literario, en el que apenas unas cuantas mujeres han podido resaltar entre un mar de escritoras que han quedado enterradas en la historia.
Aquí hay ocho escritoras cuyo estigma es una herencia invaluable para las letras en español:
Nellie Campobello
Duranguense de nacimiento, Nellie Campobello publicó su primer libro en 1928, un poemario llamado Yo, versos por Francisca. Fue también coreógrafa y directora de la Escuela Nacional de Danza.
Lectura recomendada: Cartucho (1931)
En Cartucho, quizá su obra más reconocida, explora de manera peculiar su propia vida a través de los ojos de una niña que observa cómo van y vienen los personajes de la revolución con una sensibilidad testimonial impecable. Con este libro refinó las exploraciones de Mariano Azuela en Los de abajo y marcó el camino que seguiría el estilo literario de la que es, quizá, la gran novela mexicana, Pedro Páramo, de Juan Rulfo.
Norah Lange
Escritora de vanguardia, la argentina Norah Lange ejerció la literatura como una forma de la libertad. Fundó revistas, rompió paradigmas y resquebrajó tradiciones en la escritura.
Lectura recomendada: Cuadernos de infancia (1937)
Con un uso exquisito del lenguaje, en 1937 publicó este texto que la crítica elogió de manera unánime. En él se aleja de los convencionalismos que abarrotaban las letras de su época y su territorio y desliza sutilmente una serie de episodios en los que retratar un perfil completo de cada personaje no resulta tan complaciente como el carácter con el que son contados.
Liliana Heker
Cuentista, novelista y ensayista, Heker ha sufrido el encierro geográfico de la industria editorial. A pesar de publicar con Alfaguara, la distribución de sus libros es prácticamente inexistente fuera de su natal Argentina. No obstante, algunos de sus textos se han traducido al inglés y se han publicado en varios países de Europa.
“Siento que la literatura actúa de una manera muy laberíntica, muy compleja y muy difícil de predecir. Lo que sí es que no concibo el mundo sin literatura” dijo en alguna ocasión.
Lectura recomendada: el cuento “La fiesta ajena”
En este cuento presenta una visión distorsionada de la realidad desde la infancia. Cuenta la historia de la hija de una sirvienta que es invitada al cumpleaños de la hija de una familia de clase alta. La situación la hace sentir parte de un grupo al que, por una ilusión, pertenece sólo de manera momentánea, pero el clasismo de la señora de la casa la obliga a revertir esa distorsión planteada al inicio.
Rosario Ferré
Nacida en Puerto Rico en 1938, Ferré fue una escritora prodigio. A los 14 años ya colaboraba de manera profesional en el diario puertorriqueño El Nuevo Día. Aunque con frecuencia la crítica la clasificó como defensora del feminismo a través de la literatura, ella impulsó siempre la idea de que la calidad literaria no debía medirse por el género de quien la escribe sino por el valor intrínseco del texto.
“Escribo porque le tengo más miedo al silencio que a la palabra. Escribo porque no sé nunca lo que pienso hasta que lo escribo”, dijo en una entrevista
Lectura recomendada: La batalla de las vírgenes
Publicado en 1993 este libro explora la práctica de la religión católica en Puerto Rico.
María Luisa Bombal
De origen chileno, fue una partícipe notable del movimiento intelectual de los 30 en su país. En 1935 publicó La última niebla, su obra debut, que llamó la atención de críticos y colegas. Su producción literaria, breve pero deslumbrante, la situó como una de las primeras exponentes de la novela contemporánea latinoamericana.
Lectura recomendada: La amortajada
Considerada como su novela más importante, cuenta la historia de una mujer que hace un recuento de sus vida a través de los visitantes que acuden a su funeral.
Esther Seligson
Poeta y narradora nacida en la Ciudad de México en 1941, Seligson confesaba que dar clases, viajar y escribir eran sus tres pasiones ineludibles. “Sólo escribo cuando tengo la sensación de que se va llenando algo y cuando ya desborda y tengo la primera frase ¡pas!, me siento y sale. Pulo muy poco los textos, y cuando sale es que ya salió o no salió”, decía sobre su proceso de escritura.
Sus temas predilectos eran los sueños, la espiritualidad, el tiempo y el lenguaje.
Lectura recomendada: Otros son los sueños
Ganadora del Premio Xavier Villaurrutia en 1973, explora la búsqueda de identidad interior. Su protagonista es una mujer que viaja en tren, cuya voz casi inidentificable entabla un diálogo con su esposo.
Bárbara Jacobs
Narradora y ensayista mexicana, Jacobs es descendiente de inmigrantes libaneses. Es colaboradora recurrente de diversos medios y revistas.
Lectura recomendada: Las hojas muertas
En sus propias palabras, esta novela posee “una voz múltiple [que] relata la trayectoria de un hombre cuyo principio fundamental en la vida fue luchar: de joven por causas que creyó, con razón, que beneficiarían a la humanidad; en la vejez y hasta el final, por causas que cree, sin razón, que lo benefician sólo a él”.
La novela ganó el Premio Xavier Villaurrutia 1987
Ana Lydia Vega
Con una literatura irreverente y por momentos agresiva, Vega pertenece a una generación de escritores puertorriqueños que han integrado a su escritura reflexiones sobre la ambigüedad que impera en su país.
Lectura recomendada: Encancaranublado y otros cuentos de naufragio.
Libro galardonado con el premio Casa de las Américas en 1982, incluye elementos innovadores como el uso del spanglish, problemas del lenguaje y un humor peculiar.
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