Durante varias décadas, la librería "El día" fue el único santuario de los bibliófilos en Tijuana. Su actual dueño es Alfonso López Camacho, hijo de un exiliado español que en 1963 comenzó la misión familiar de traer libros a la ciudad fronteriza. En 1980, como miembro de la Unión de Libreros, López Camacho fundó la Feria de Libro de Tijuana que en estos días celebra su trigésimo tercera edición.
Las carpas blancas de la feria se han instalado por tercer año consecutivo en la explanada del Centro Cultural Tijuana (CECUT). Ahí está concentrada, desde el pasado viernes, la oferta de las librerías de la ciudad, que han crecido en número aunque no sustancialmente. Hace 35 años fueron nueve los libreros fundadores de la asociación y actualmente son 12 miembros. Según datos de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (CANIEM), hay un total de 32 librerías en todo el estado de Baja California.
Lo que sí ha evolucionado de manera notable es el programa literario y la oferta de actividades culturales, señala Vianett Medina, actual presidenta de la Unión de Libreros y fundadora de la librería Sor Juana. Un establecimiento que, además de vender libros, imparte una maestría en Cultura Escrita avalada por la SEP.
Este año, el programa de la feria incluyó un homenaje presencial a Beatriz Espejo como actividad inaugural. Otros autores fueron invitados a presentar sus obras recientes: como Guillermo Arreola con Fierros bajo el agua (Joaquin Mortiz, 2014), Bernardo Fernández "Bef" con Uncle Bill (Sexto Piso, 2014), Enrique Serna con La doble vida de Jesús (Alfaguara, 2014) o Wilbert Torre con El despido (Planeta de libros, 2015).
Además de atender el stand de Sor Juana y representar a la Unión de Libreros, Medina es miembro del comité que organiza el programa literario, donde también participan ciudadanos. En esta feria se eliminó la figura del director o coordinador general, y desde esta edición se ha organizado todo a través de comités: uno de talleres, uno de visitas escolares, uno de gastronomía, de logística, entre otros.
Todo esto con el apoyo de distintas instituciones además de la Unión: el CECUT, la Cámara Nacional de Comercio, el Instituto de Cultura de Baja California y el Instituto Municipal de Arte y Cultura de Tijuana.
Desde el viernes pasado, el equipo de Medina realiza entrevistas para conocer más del perfil de lector que visita la feria. Lo que puede decir hasta ahora es que la afluencia ha bajado respecto a otros años y que la gran mayoría de los que recorren las carpas son jóvenes: chicos y chicas que asisten movidos por la oferta de actividades culturales más que para comprar libros.
Medina y los libreros esperan que la venta nocturna del sábado atraiga más visitantes y mejoren las ventas. El programa literario del fin de semana se ha reservado para ello algunos platos fuertes, como la presentación de Adiós a los padres, de Héctor Aguilar Camín; Emma, de Francisco Hinojosa; Desde mi muro, de Benito Taibo; o Mares de cocaína, de Ana Lilia Pérez.