'Y sin embargo, se mueve': la frase que Galileo nunca dijo

No existen registros históricos o crónicas de la época que respalden la idea de que el famoso científico pronunció la frase que se le atribuye.

El físico italiano Galileo Galilei (1564-1642).
Francisco Masse
Ciudad de México /

No es extraño que, durante las clases de historia que se imparten en la educación básica, todos aprendamos anécdotas o supuestos datos que, a la luz de la investigación de los hechos históricos, terminan siendo falsos.

Así sucede con la muy famosa frase atribuida a Galileo Galilei, "Y sin embargo, se mueve", la cual supuestamente pronunció cuando fue obligado por la Santa Inquisición a retractarse de la 'herética' teoría de que la Tierra se movía alrededor del Sol, y no al revés. Revisemos los hechos.

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En tiempos de Galileo, la Iglesia Católica daba por cierta la teoría geocéntrica de Aristóteles, la cual sostenía que la Tierra era el centro del universo y de que el Sol, los planetas y las estrellas giraban en torno a ésta. Sin embargo, en 1543 Nicolás Copérnico publicó su obra De revolutionibus orbium coelestiumSobre los giros de los cuerpos celestes—, la cual postulaba la entonces herética teoría heiocéntrica de que la Tierra era la que giraba alrededor del astro rey.

Basándose en sus observaciones astronómicas, Galileo apoyaba dicha teoría y publicó diversos escritos al respecto. Sus obras fueron revisadas por el Santo Oficio y, en 1632, fue llamado a Roma para defender su postura.

En febrero de 1633, Galileo compareció frente al inquisidor Vincenzo Maculani. Tras meses de interrogatorios, la Inquisición lo halló "sospechoso de herejía", lo condenó a arresto domiciliario el resto de su vida y lo obligó a retractarse de lo sostenido en sus escritos.

Y en ese momento fue cuando, según la difundida creencia, Galileo pronunció en voz baja la frase "Y, sin embargo, se mueve", la cual era una especie de acto rebelde o una alegoría de que, sin importar cuánto se quisiera ocultar o negar una verdad, ésta siempre halla el modo de salir a la luz.


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Pero la verdad es que la famosa sentencia 'Eppur si muove' no está registrada en ninguno de los archivos del juicio, ni tampoco en las cartas o escritos posteriores de Galileo. Tampoco existe ninguna crónica de la época que dé cuenta de ella ni queda asentada en la biografía de Galilei escrita por su propio discípulo, Vincenzo Viviani. Y diversos estudiosos concuerdan en que esta temeridad le hubiera costado la vida a Galilei.

El primer registro por escrito que existe de la máxima aparece en una obra de Giuseppe Baretti, el cual fue publicado 124 años después del supuesto evento, y la frase se popularizó desde entonces.

Ahora bien, existe un retrato del físico italiano, atribuido al pintor español Bartolomé Murillo y que data del año 1645, en la cual Galileo es representado en un calabozo y escribiendo con la uña en la pared la sentencia 'E pur si mouve'. Dicho detalle había pasado desapercibido por siglos, pero una restauración reciente la hizo visible.

No obstante, lo único que prueba lo anterior es que es muy factible que la frase se haya atribuido a Galileo —muy probablemente, sin sustento alguno— desde antes de su muerte. En otras palabras: y sin embargo… nunca la dijo.


FM

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