El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes de México (Conaculta) pasó a ser la Secretaría de Cultura del país el 17 de diciembre del 2015 por decreto del Presidente Enrique Peña Nieto, con esto, el Instituto Nacional del Derecho de Autor, el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México y el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas pasaron a formar parte de dicha dependencia.
No es el único caso de una institución descentralizada que se modifica para cumplir las funciones de una secretaría, ya que lo mismo ocurrió en entidades como Guerrero, Morelos y Yucatán.
De acuerdo al gestor cultural y antropólogo, José Antonio Mac Gregor Campuzano, hay cerca de cuatro estados que transformaron su instituto de cultura por una secretaría, lo que administrativamente "fue un colapso" porque llevó a la pérdida de su autonomía que gozaban antes de la transformación.
Ante el cuestionamiento de si en Tamaulipas convendría esa transición, mencionó que debe haber una discusión muy a fondo y con detenimiento sobre lo más indicado de acuerdo a las necesidades del estado.
"La consulta tendría que tomar en cuenta a todos los sectores de la sociedad, no solo artistas promotores y gestores culturales, sino también a empresarios, funcionarios así como organizaciones de la sociedad civil". Remarcó que no debe manejarse como una cuestión administrativa, aunque tenga profundas implicaciones de este tipo.
José Antonio expresó que un instituto tiene cierta libertad porque se maneja como una fi gura jurídica con patrimonio propio y si se pretende realizar dicha conversión se debe empezar por aclarar el tipo de políticas culturales que se desean o se necesitan impulsar en el estado; será a partir de esas políticas culturales, y de la creación de una ley que organice detalladamente los proyectos y lineamientos a seguir, cuando se podrá proceder a analizar la forma administrativa en términos de gobierno más adecuada para implementar dichas normas.
Manifestó que una política de este tipo debe comprender que el desarrollo cultural no es para sí mismo, sino que funciona para aportar y cooperar con el bienestar de la sociedad, "así como el desarrollo económico aporta empleos, posibilidades de exportación, entre otros; el desarrollo cultural aporta a la sociedad identidades, la posibilidad de que la gente conviva confrontando las mismas en el sentido más amplio que se puede entender por enfrentar y a que cada integrante de un entorno social se identifique a partir del otro".
Mac Gregor enumeró los beneficios de ejercer las actividades culturales de forma apropiada: en primer lugar, reforzamiento de la identidad; en segundo lugar, memoria y en tercer lugar, creatividad; "lo que se plasmaría en mejores formas de educación artística, cultural sumando mejores y mayores bienes y servicios".
Durante los últimos seis años, el Instituto Tamaulipeco para la Cultura y las Artes (ITCA) ha tenido un papel fundamental en la vinculación y gestión de recursos para los artistas y emprendedores tamaulipecos, haciendo un fuerte énfasis social, lo que , expuso, no es en demérito de las identidades pues la cultura no es para su preservación sino para provocar mejoras en los individuos, por lo que añadió que las acciones, en las que se han contemplado y agregado los colectivos culturales, tuvieron como objetivo fortalecer la personalidad del estado y nuevas formas de convivencia entre sus habitantes.
El antropólogo destacó que la formación de colectivos refleja que hay un movimiento social que está buscando participar e involucrarse en actividades en pro de la civilización.
"Se crean colectivos de todo y eso es positivo muchos de ellos son efímeros, otros se perfilarán con una consistencia mejor lo que sería muy bueno fotógrafos, bailarines, promotores, organizados por disciplina, por región, el orden no altera el hecho de que hay interés en hacer algo en conjunto".
El entrevistado señaló que no habrá que bloquear ni normar en demasía estas asociaciones, y por el contrario, se deberá buscar su estimulación.
"Se debe cuidar que estos grupos no hagan proselitismo tanto de partidos políticos como de algún tipo de religión ya que podrían desnaturalizar y modificar su propósito" concluyó en entrevista para Milenio.