Mayra Hernández Ríos es una artista nacida en la Ciudad de México con una rara afición: la animación análoga. En un país y un tiempo en que los animadores regularmente prefieren realizar su trabajo por medios digitales, Mayra tuvo que emigrar al Reino Unido a adquirir los conocimientos necesarios para explotar su veta creativa y poder concretar sus sueños.
El 4 de abril, en Talent Land 2018, Mayra obtuvo el Milenio Talent Award de Creative Land, que busca premiar a los artistas digitales y tradicionales de mayor relieve presentes en la expo tecnológica. Mayra platicó con MILENIO después de recibir el galardón:
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—¿Cómo descubriste tu pasión por la animación análoga?
[OBJECT]Yo me dedico a la animación análoga, que en estos días en un tipo de animación alternativa a los medios digitales. Uso materiales, texturas y todo aquello que se puede tocar y mover, es mucho más artística. Y la animación al óleo, como la que se usó en Loving Vincent es una rama de este tipo de animación. Yo me interesé en ella cuando estudié en Londres y conocí el trabajo de otros animadores que la han utilizado, especialmente el de una estudiante que realizó un trabajo con recortes y pintura.
—¿Y cómo fue que llegaste a trabajar al Reino Unido? ¿Tenías estudios previos de arte en México?
Mi interés en la pintura se debió en parte a que sufro de una enfermedad que se llama dermatomiositis, que es muy peligrosa para los niños. Por esa razón, mis padres tuvieron que sacarme de la escuela y viví en casa de mis abuelos. Ahí fue que aprendí a dibujar y a pintar. Para irme a Londres no obtuve una beca, mi familia financió mis estudios, pues el costo de la colegiatura equivale a estudiar en el Tec de Monterrey. Lo más caro es la renta y la alimentación, pero con esfuerzos, compartiendo la vivienda y preparándote tu propia comida, se puede lograr.
—¿Cómo llegaste a la producción de 'Loving Vincent'?
Una vez que me gradué y regresé a México. A pesar de que aquí la industria de la animación está creciendo y es muy activa, aún no existen proyectos compatibles con mi estilo de trabajo, pues casi todo es digital. A pesar de que este tipo de animación es hermoso, definitivamente no es lo mío. De modo que decidí que si no había un lugar para mí, yo misma que lo crearía. Así fue que contacté a un grupo musical mexicano llamado Triciclo Circus Band y les propuse hacer un video musical. Ellos me respondieron que sí y me dieron toda la libertad técnica y creativa, y yo lo resolví con una técnica de óleo sobre vidrio.
Ese trabajo fue el que me dio el portafolio para aplicar a la producción de Loving Vincent. Yo sabía, cuando empecé a trabajar en el video, que si uno se dedica a lo que le gusta, las puertas se abren para trabajar en lo que uno desea. Y, efectivamente, gracias a eso fue que pude entrar a Loving Vincent: un amigo me envió la convocatoria y me animó a aplicar, porque el trabajo que yo hago es muy similar a lo que se hizo allá. Dos meses después de enviar mi portafolio, me invitaron a viajar a Polonia para una serie de pruebas, y afortunadamente las pasé y me quedé.
—¿Van Gogh es tu pintor favorito?
En este momento podría decirte que definitivamente sí lo es. A todos los que trabajamos en esa producción, Van Gogh nos marcó y será una figura que esté por siempre con nosotros, especialmente porque gracias a la película conocimos su vida, sus cartas, su trabajo y sus pensamiento a fondo. Ahora que cada uno regresó a su respectivo país, nos hemos convertido en representantes de la película.
En cuanto a pintores mexicanos, me gusta mucho Remedios Varo. Y justamente me entero de que en San Luis Potosí abrirán un museo de ella, y tengo muchísimas ganas de conocerlo.
—Tú que ya triunfaste incluso en el primer mundo, ¿qué mensaje les darías a los artistas mexicanos a los que se le dice "te vas a morir de hambre"?
Les diría que en todas las profesiones hay dificultades, y en el mundo artístico es un poco más difícil e inestable. Pero si es algo que los motiva, les diría que persistan, pues en la medida que hagamos esto que nos apasiona, más damos de nosotros, hacemos cambios positivos para el mundo y entregamos todo, así como lo hizo Vincent, quien lo dio todo por pasión al arte, más que por reconocimiento. Eso lo hizo tan trascendente.
ASS