La música en 2017 estuvo marcada por una tendencia a buscar la identidad: las protestas poselectorales y los cantos de reclamo vinieron de artistas como Kendrick Lamar y Las Cafeteras; otros se desvincularon de sus bandas y dejaron de hacer colaboraciones para emprender carreras solistas, como Lillie Mae, Harry Styles y Sampha.
Hubo también debuts prometedores, como los discos de Mura Masa e Ibeyi, mientras que otros se consolidaron como imprescindibles de la escena musical, como Natalia Lafourcade, el trío danés Mew y Aimee Mann.
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Ésta es la selección de discos favoritos de 2017 de los editores de Cultura y Tendencias de Milenio Digital, enlistados sin ningún orden en particular.
D.A.M.N collector’s edition
Para su sexto álbum, Lamar hizo acompañar sus rimas de protesta social que critican la brutalidad policiaca o el abuso de la edición digital en las fotografías con melodías mucho más digeribles que le valieron una nominación al Grammy. Esta edición tiene el orden de las canciones al inverso, haciendo que todo el disco adquiera un nuevo significado.
The xx
I See You
El trío londinense dejó entrar un poco de luz a su sonido y expuso sus sentimientos en su tercer álbum de estudio. De ahí que las canciones que lo componen se sientan más íntimas, cercanas y mucho más cálidas. Incluso, a diferencia de sus producciones pasadas, ya hay canciones totalmente bailables.
Kamasi Washington
Harmony of Difference
Este saxofonista que está cambiando la cara del jazz recalca que la armonía es posible aún con elementos tan diferentes como lo es cada una de las cinco canciones que conforman su EP. Si no te gusta el género, pero quieres acercarte, ésta es una buena opción.
Sampha
Process
Aunque no es nuevo en la industria de la música —ha colaborado con Beyoncé, Drake y SBTRKT— éste es el álbum debut del músico inglés. Un retrato íntimo que captura el miedo a perder el anonimato adornado con beats electrónicos y la tersa voz de Sampha.
Ibeyi
Ash
El primer LP de este par de hermanas cubanas reúne lo mejor de los sonidos que las dieron a conocer: ritmos tribales y electrónicos aderezados con sus particulares voces. Lo mejor de este disco son sus colaboraciones con músicos como La Mala Rodríguez, Kamasi Washington e, incluso, Michelle Obama forma parte de la producción.
Mura Masa
Homónimo
Con apenas 21 años de edad, Alex Crossan logró capturar el sonido contemporáneo independiente de Londres. Una mezcla de electrónica, R&B y hip hop es el álbum debut de Mura Masa.
Harry Styles
Homónimo
Este chico británico logró deshacerse de su pasado en una de las boy bands más importantes de los últimos años (One Direction) y entregó un disco con guiños a la música de los Rolling Stones y Pink Floyd, demostrando que es más que una cara bonita.
Mew
Visuals
Después de experimentar con la música indie de los 80 y 90 y seis discos después, el trío danés nos presentó un álbum donde confirma su habilidad para columpiarse entre géneros. La energía —más propia de una banda emergente que de un grupo con 20 años de trayectoria— nos muestran a un grupo que aún se preocupa por explorar los límites de su propia música.
Residente
Homónimo
Este álbum es, hasta el momento, la cumbre creativa del ex Calle 13. Es también un producto de la ciencia: para realizarlo, el puertorriqueño rastreó sus raíces a través de un examen sanguíneo. Tras conocer los resultados, emprendió un viaje a diez países. En cada uno de ellos aprendió la tradición musical local y entregó 13 canciones que revelan su particular manera de entender el pasado.
Lillie Mae
Forever and Then Some
Durante seis años, esta chica fue la columna vertebral de la banda que acompaña a Jack White, aunque su historia musical se remonta a su niñez. Capaz de tocar cuanto instrumento se le ponga enfrente, Mae debutó este año como solista con Forever and Then Some, producido por White a través de su sello Third Man Records. El disco transpira el country más virtuoso que haya escuchado en años.
Aimee Mann
Mental Illness
A Aimee Mann le bastan algunas cuerdas, guitarras, un piano ocasional y elementos mínimos de percusión para resumir, en 11 canciones, un espectro vastísimo de tensiones humanas. Su noveno álbum es, en sus propias palabras, "el más triste, lento y acústico" que ha hecho, uno de esos discos que le llegan a un artista una vez en la vida.
Max Richter
Three Worlds: Music from Woolf Works
Richter lleva en las venas la vocación de storyteller. En la música que ha hecho para varias películas y series (Wadjda, The Leftovers, Taboo, entre otras) ha demostrado que sabe cómo manipular las emociones. Este disco compila los highlights de una partitura de más de tres horas que Richter hizo para el ballet Woolf Works, del coreógrafo Wayne McGregor, un ballet basado en las novelas de Virginia Woolf.
Natalia Lafourcade
Musas
Desde su disco anterior, Hasta la raíz, Natalia nos había probado su capacidad de ir contra la corriente. El volumen uno de Musas nos enseñó que no se necesitan patrones rítmicos tediosos y monótonos ni letras vacías para enamorar a millones. Hoy, no es arriesgado decir que la chica podría cantar cualquier género y, además, mejorarlo.
Banda Magda
Tigre
Esta banda multicultural se puede apropiar de cualquier canción, cualquier ritmo, y disfrazarlos de un sonido completamente distinto. Para su tercer álbum, Magda Giannikou eligió canciones que modelaron un álbum cosmopolita: de Brasil a Francia, pasando por Argentina y su magistral cover de "Muchacha (ojos de papel)".
Las Cafeteras
Tastes Like L.A.
La fusión de los sonidos de Los Ángeles con los ritmos afromexicanos hacen de esta banda una de las más explosivas en la escena actual. Su segundo disco es una fiesta del folklore que no titubea en enviar mensajes políticos y de orgullo por las raíces. El disco se quita tabúes de la música regional: no teme fusionar jaranas y requintos con elementos del hip hop, por ejemplo.
ASS