La NASA anunció que será en el verano de 2018 cuando la sonda solar Eugene Parker inicie la primera misión en la historia de la humanidad que estudiará una estrella: el Sol.
Durante la misión no tripulada, que está programda para terminar en junio de 2025, la sonda tendrá que soportar altas temperaturas y radiación “como ningún otro artefacto lo ha hecho en la historia”, aseguró la NASA en un comunicado. Para lograr esto, la nave estará equipada con escudos solares hechos con un compuesto de carbono de cinco pulgadas de grueso que cubrirán su cuerpo de tres metros de altura.
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El objetivo de la misión es explorar la atmosfera solar llamada corona, por lo que orbitará a casi 6 millones de kilómetros de la superficie del Sol. La información que recopile podrá permitir a los científicos un mayor entendimiento de la estrella, como los vientos solares, que llegan a dañar satélites o el clima espacial que tiene un efecto directo en la vida en la Tierra.
Hasta ahora, otras sondas se han acercado para examinar los vientos solares y la corona solar, pero nunca a una distancia tan corta, algo que podría responder muchas preguntas sobre el comportamiento del astro rey sin resolver.
Para lograr una órbita alrededor del Sol la sonda Eugene Park, nombrada así en honor al primer astrofísico en estudiar los vientos solares, sobrevolará por Venus siete veces para lograr un impulso gravitacional que le ayude a entrar en la órbita de la estrella de nuestro Sistema Solar después de siete años.
La aeronave se acercará lo suficiente como para estudiar los vientos solares, tanto que estará más cerca que Mercurio del Sol, y cuando alcance su punto más cercano los escudos protectores del calor tendrán que soportar una temperatura cercana a los mil 370 grados centígrados.
La sonda Parker estará diseñada para recopilar datos en un ambiente de temperaturas extremas, con masivas cantidades de radiación y a una velocidad de 200 kilómetros por segundo, lo que permitiría ir de la Tierra a la Luna en media hora.
"Simplemente hasta ahora los materiales para que esta misión fuera posible no existían", señaló Nicola Fox, del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins, responsable de desarrollar parte de los componentes de la sonda.
Eugene Parker, el astrofísico que le da el nombre a la sonda, publicó en 1958 un artículo en el diario de Astrofísica llamado “Dinámicas del gas interplanetario y los campos magnéticos” en el cual explicaba que el Sol desprendía radiaciones electromagnéticas lo suficientemente fuertes para afectar a los planetas y el espacio en sí mismo. Esto fue catalogado más tarde como vientos solares.
Con información de EFE
mrf