Cuando el nombre de Bob Dylan se escuchó como el ganador del Premio Nobel de Literatura en 2016, voces de todo el mundo se levantaron para expresar su beneplácito… o su condena. La Academia Sueca, acostumbrada a despertar más de una ceja con cada galardonado, volvió a sorprender con el músico, compositor o poeta, porque al final son rostros que se encuentran en la figura de Robert Allen Zimmerman.
“A veces uno pensaría que es un poeta que practica la escritura automática, pero no es cierto: como poeta es mucho más deliberado, menos espontáneo de lo que parece o él mismo ha intentado hacer creer. Diría que la gran característica de Dylan poeta es que es un devorador de versos ajenos que vuelca en su propia obra: un hombre que, constantemente, se apropia de todas las tradiciones poéticas que convergen sobre todo en las tradiciones norteamericanas”, dice José Moreno, responsable de la edición y traducción del libro Bob Dylan. Letras completas (Malpaso, 2017).
Un volumen que apuesta por actualizar el acercamiento a la obra de Dylan, habida cuenta que ya hace casi una década se había publicado en español una edición con las letras escritas por el artista entre 1962 y 2001, pero al aparecer una nueva versión en inglés el año pasado, apostó por realizar otra versión, ya con las letras de los últimos tres discos de Bob Dylan, con 35 canciones nuevas y una serie de modificaciones en las letras anteriores.
“El libro añade un elemento fundamental, al menos desde el momento en que le conceden el Nobel, y es poder leer y examinar la obra de Dylan como obra poética, no solo como canciones. Las letras de canciones normalmente necesitan el apoyo de la música, pero el libro es el instrumento a través del cual podemos entender que la obra de Dylan, que es básicamente musical, es también una obra poética”, explica Moreno, cuyo trabajo de edición lo realizó en colaboración con Miquel Izquierdo y Bernardo Domínguez Reyes.
Traducción compleja
Se trata de una edición bilingüe en la que los traductores se enfrentaron a múltiples retos, aunque partieron de ciertas bases como el no dotar a las letras de una textura poética castigada al español, sino más bien lograr que el verso traducido “accede a ser vasallo de (y puente hacia) el original, pero así y todo hemos procurado a cada letra con modestas propiedades propias rítmicas que, esperamos, permitan leerla como una composición autónoma”, escriben los traductores del volumen.
“La traducción ha sido muy compleja, precisamente porque Dylan no es un poeta sencillo. En general, traducir poesía es complicado —hay quien dice que poesía es lo que se pierde cuando se traduce poesía— y Dylan es un escritor que vuelca, de una manera casi caótica todo lo que va recibiendo y, claro, desentrañar toda la maraña de frases hechas, alusiones culturales, es realmente complicado.
“Espero que hayamos conseguido, al menos parcialmente, una versión que aclare todas esas oscuridades, aunque no por ello debemos olvidar que todas las letras, los poemas, van acompañados por música”, asegura José Moreno, para quien resulta muy complicado definir la tradición que acompaña a la escritura de Bob Dylan, pese a estar claro que es un hombre muy próximo a la generación beat, sobre todo a Ginsberg y a ese tipo de poetas: “estaría en esa órbita, además de que él mismo se declara discípulo de esos poetas”.
En ese sentido, Miquel Izquierdo reconoce que un “leitmotiv” de su cancionero son los personajes errabundos, “cuando no erráticos, vagabundos, inmigrantes, músicos itinerantes, balas perdidas, gente que no llega a los sitios”, lo que se refleja al tener las letras de sus canciones en las manos, donde se da el acercamiento al poeta, no tanto al músico.
“Creo que básicamente es un cantante, un cantante con grandes virtudes poéticas, que marcó una generación, en parte la mía. Marcó una generación y, sobre todo, una manera nueva de entender la composición de canciones, de entender que la letra, el contenido de la canción, tenía el mismo valor como su acompañamiento musical.”
Desde la perspectiva de José Moreno, resulta indispensable reconocer que Bob Dylan ha marcado, como un auténtico revolucionario, al universo de la composición de canciones, ya sea desde el punto de vista ideológico o siendo mucho más subjetivo: “a algunos más y a otros menos, aunque de todos modos él siempre se ha negado a ese papel de portavoz de una generación o de una época”.
“Es un poeta ciertamente peculiar, único, y por otro lado es un hombre que recoge muchas tradiciones, como la tradición bíblica que es muy poderosa, tanto en la canción como en la literatura de Estados Unidos o anglosajona” y todo ello termina por mostrarse en Bob Dylan. Letras completas.