Un nuevo planeta ingresó este miércoles en el restringido círculo de astros capaces de albergar signos de vida más allá del sistema solar. El exoplaneta, llamado LHS 1140b, fue descubierto alrededor de una estrella de la constelación Cetu, situada a unos 40 años luz de la Tierra —un año luz equivale a 9,460 billones de kilómetros.
"No podíamos soñar con un mejor candidato para iniciar una de las más grandes investigaciones de la ciencia: la búsqueda de pruebas de vida, fuera de la Tierra", se entusiasmó Jason Dittmann del Harvard-Smithsonian Center for Astrophysics de Cambridge (Estados Unidos), coautor de un estudio publicado en la revista Nature.
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No es el primer "primo" de la Tierra que los astrónomos descubren "pero tiene ventajas", según Xavier Bonfils, astrónomo del CNRS (Centro Nacional de la Investigación Científica) francés en el Observatorio de Ciencias del Universo de Grenoble.
El exoplaneta orbita en la zona habitable de su estrella, es decir que está "a buena distancia de su estrella como para permitir la presencia de agua líquida en su superficie, lo que es indispensable para la vida", explica Jason Dittmann. De los miles de exoplanetas detectados hasta ahora, sólo unas decenas se encuentran, como el LHS 1140b, en una zona habitable.
Otra ventaja de LHS 1140b: su estrella anfitriona es muy luminosa y su órbita está correctamente inclinada en el cielo con respecto a nosotros. Todos los 25 días, al transitar delante de su estrella dibuja una neta sombra, que se observa bien.
Los astrónomos, que se basaron en las observaciones del espectógrafo HARPS —instalado en un telescopio del Observatorio Europeo Austral en Chile—, pudieron definir el radio y la masa de LHS 1140b: su radio mide casi una vez y media el de la Tierra y tiene una masa seis veces superior. Los astrónomos dedujeron que es rocoso, como la Tierra.
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En febrero, científicos anunciaron el descubrimiento de siete planetas del tamaño de la Tierra, de los cuales tres podrían albergar océanos de agua líquida, orbitando alrededor de una estrella enana TRAPPIST-1.
Los científicos esperan con impaciencia el lanzamiento del telescopio espacial James Webb (JWST), cien veces más potente que Hubble, que permitirá estudiar esos exoplanetas y descubrir si poseen atmósfera. Luego deberán definir si esta atmósfera contiene rastros de oxígeno, otro elemento esencial para la vida.
FM