Arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) hallaron una plataforma circular de 8 metros de diámetro y 28 centímetros de altura que iba a servir de base al Monumento a la Independencia proyectado por el ex presidente Antonio López de Santa Anna.
Se trata del zócalo, es decir, el cuerpo inferior sobre el que se planeaba erigir el monumento en memoria de los próceres de la patria en el centro de la Ciudad de México.
Santa Anna puso la primera piedra el 16 de septiembre de 1843, pero el proyecto jamás se terminó, ya que el país vivía momentos de crisis.
“Lo interesante del descubrimiento es que muestra a los mexicanos el origen y el uso de la palabra zócalo. Pese a que en su acepción se refiere a un pequeño pedestal, los mexicanos la hemos utilizado y popularizado para nombrar la Plaza de la Constitución”, explicó Salvador Pulido Méndez, director de Salvamento Arqueológico del INAH.
En entrevista, resaltó que el hallazgo del basamento es de mucha relevancia, porque sale a la luz el antecedente de la Columna de la Independencia —conocida como Ángel—, construida en 1910.
También refirió que en el siglo XIX, Santa Anna planeaba que el monumento fuera el depositario de los restos de los héroes, con algunas esculturas de los próceres.
Finalmente, dijo que el hallazgo será cubierto tal y como fue encontrado, quedará debajo del nuevo piso de la Plaza de la Constitución y en el lugar se colocará un señalamiento que indique que ahí yace el vestigio.
El INAH informó que hace 174 años fue erigida la plataforma que terminó por ser, en el imaginario colectivo y el habla popular, el apelativo de la entonces Plaza Principal de la Ciudad de México, y que ayer se descubrió el zócalo de ese monumento que se quedó en esbozo y bautizó a la explanada de más de 20 mil metros cuadrados.
Para los arqueólogos Alejandro Meraz, Gonzalo Díaz, Rubén Arroyo y Ricardo Castellanos es significativo que un elemento arquitectónico de esas dimensiones defina una de las plazas más grandes del mundo.
Desde el 21 de abril el INAH realiza la supervisión arqueológica del proyecto de rehabilitación que el Gobierno de CdMx ha hecho de la Plaza de la Constitución, que contempla la sustitución del piso de concreto y la adecuación de la infraestructura peatonal y urbana.
Al acercarse al norte del asta bandera, registraron “la sección de una plataforma circular a 30 centímetros de profundidad. Ésta posee 8 metros de diámetro por 28 centímetros de alto, y está rodeada por un patio circular de 3 metros de ancho”.
Este espacio estaba delimitado por una banqueta circular de 28 centímetros de altura, la cual presenta accesos al norte y al oriente, alineados con las entradas a la Catedral Metropolitana y al Palacio Nacional. El basamento fue afectado por una excavación a fines del siglo XX para introducir el asta bandera, por lo que se encuentra seccionado.
Meraz explicó que “la plataforma está construida con un núcleo de mampostería y paramento de bloques de basalto de diferentes dimensiones; el piso del patio consta de lajas, mientras que la banqueta está conformada por grandes bloques de basalto, riolita y andesita”.
En 1875, cuando sobre la plataforma se instaló un quiosco traído de Francia, le fue adosado un murete circular de ladrillos y argamasa.
Se sabe que en 1843 López de Santa Anna quiso aumentar el espacio de la Plaza Mayor, por lo que mandó derribar el mercado del Parián. Deseaba erigir un Monumento a la Independencia al centro de la explanada, para lo que se convocó a un concurso. Ganó el proyecto del arquitecto Enrique Griffon, pero se designó la obra a Lorenzo de la Hidalga.
Sin embargo, la columna y una estatua jamás se erigieron, y su zócalo permaneció huérfano durante algunos años. En 1914 el quiosco fue donado a Huejutla, Hidalgo.
En 1983, durante los trabajos de salvamento arqueológico por el proyecto de la Línea 8 del Metro, Fernando Miranda y sus colaboradores registraron el basamento, pero no pudo ser explorado en su totalidad por la suspensión de los trabajos.
Miranda reportó la cimentación y los límites del mercado del Parián. Recientemente la Dirección de Salvamento Arqueológico volvió a detectar parte de su cimentación, pero dicha sección fue afectada por la introducción de ductos de agua pluvial cuando la Plaza de la Constitución se convirtió en una zona ajardinada, a fines del siglo XIX e inicios del XX.
Miranda también consignó al poniente de la Plaza de la Constitución la presencia de pisos y restos de estructuras mexicas. Pero la parte oriente del Zócalo debió ser un tianguis o un lugar abierto al sur del recinto sagrado de Tenochtitlán.