Se abrieron dos ventanas arqueológicas que muestran vestigios de un basamento piramidal perteneciente al Recinto Sagrado de Tenochtitlan, ubicado a 2.5 m de profundidad en la calle de Argentina, casi esquina con Justo Sierra, Centro Histórico.
Por sus dimensiones, esta puede ser una de las pirámides importantes de este centro ceremonial mexica, ya que se localiza a unos metros y hacia el norte de la pirámide del Templo Mayor.
El arqueólogo Raúl Barrera, titular del Programa de Arqueología Urbana del INAH, descendió a estos basamentos piramidales para mostrar que con esta exploración se pudieron registrar tres épocas de la historia de México: la prehispánica, la colonial y la correspondiente al gobierno de Porfirio Díaz, quien construyó el drenaje profundo.
Se desconoce a qué deidad pudo haber estado dedicada dicha pirámide, cuyas etapas constructivas se han fechado en la época de Moctezuma I, por los años de 1440 a 1469, y cuyos vestigios el público puede apreciar a través de las ventanas arqueológicas, una de 13 m de largo por más de 2 de ancho, y otra de 4 metros de largo por 2.25 de ancho.
Barrera recordó que en la calle de Argentina, entre Justo Sierra y San Ildefonso, se hicieron trabajos de exploración en 2013 y 2014, con el equipo de especialistas de Arqueología Urbana.
Al hacer pozos de sondeo, se encontraron restos de este basamento, de aproximadamente 40 m de ancho, cuyo largo se desconoce porque está debajo de los edificios aledaños.