En un deporte tan peligroso como la Fórmula 1, la búsqueda de medidas de seguridad es una prioridad tanto para la F1 como para la Federación Internacional del Automóvil. Después de todo, se han visto muchos accidentes entre monoplazas que van a más de 300 kilómetros por hora, por lo que se buscan todas las medidas posibles para evitar lesiones y fallecimientos en las carreras.
Dentro de estos elementos de seguridad, destaca el halo, el cual había sido criticado por muchos cuando se implementó, pero que a lo largo de los años, se le ha terminado por dar la razón.
¿Qué es el halo?
Se trata de un sistema de seguridad que se implementó por primera vez en la temporada 2018. Es colocado a la altura del cockpit y rodea prácticamente toda la cabeza del piloto.
Es semicircular y su principal función es proteger al conductor en caso de un accidente, ya sea para evitar que el piloto tenga un impacto cuando otro coche choque y germine encima, los neumáticos o incluso para que lo primero que llegue a impactar sea el halo y no la cabeza del piloto.
El halo está hecho de titanio y pesa nueve kilogramos. Dicho material resiste y reconduce las fuerzas de un potencial impacto hacia las laterales del auto, con lo que se reduce el riesgo de que el piloto sufra consecuencias graves.
En su momento, se criticó mucho el halo por el aspecto estético, pero la realidad es que ha ayudado a los pilotos para salvarles la vida y las críticas se apagaron conforme quedó demostrada su utilidad para los pilotos. En Fórmula 2, el piloto israelí Roy Nissany impactó con Dennis Hauger luego de que le dejó sin espacio. Hay que terminó en la hierba, pero el halo le terminó por salvar la vida.
Mientras, en el Gran Premio de Gran Bretaña, Guanyu Zhou sufrió un aparatoso accidente en el que su auto se fue boca abajo por varios metros y el halo jugó un papel fundamental, ya que salvó la integridad del piloto chino. El auto terminó entre el muro y la protección de neumáticos, por lo que el retiro del piloto y su auto fue tardado.
MGC