Luego de los incidentes en que aficionados de River Plate apedrearon el camión de los jugadores de Boca Juniors, la Confederación Sudamericana de Futbol (Conmebol) decidió suspender el partido de vuelta de la Gran Final de la Copa Libertadores 2018.
Después de varias reuniones entre los directivos de Conmebol y de ambos clubes, se determinó que el cotejo se celebrará el domingo 25 de noviembre en punto de las 17:00 horas (15:00 horas, tiempo del centro de México).
Alejandro Domínguez, presidente del órgano rector del futbol sudamericano, enfatizó que “estamos en esta situación por culpa de unos inadaptados que no entienden este deporte”.
“El futbol no es esto, es un acuerdo de ambos clubes, es un pacto de caballeros. Uno no quiere jugar y el otro tampoco quiere ganar así. El partido pasa mañana a las 17:00 horas (hora local) confirmado por Conmebol”, declaró Domínguez.
El partido estaba pactado en punto de las 17:00 horas de este sábado, pero debido al incidente, la Conmebol reprogramó el inicio a las 18:00 horas (tiempo local) y momentos más tarde indicó que el pitido inicial sería a las 19:15.
“Nos quieren obligar a jugar y no estamos en condiciones de hacerlo. En estas condiciones con tres o cuatro jugadores heridos, es increíble lo que está pasando” había declarado Carlos Tévez, delantero de Boca, horas antes del inicio del encuentro.
Los jugadores Pablo Pérez y Gonzalo Lamardo recibieron atención médica, debido a las lesiones que sufrieron durante los ataques por los aficionados de los Millonarios.
El presidente de Boca Juniors, Daniel Angelici agradeció a los directivos de la Conmebol la reprogramación del partido y a los directivos de River, quienes se preocuparon en todo momento por los jugadores visitantes.