La Francia de Platini; la generación del lujo del futbol

Mundial Rusia 2018

El equipo galo denominado como el ‘Le carré Magicque’ fue uno de los cuadros que deslumbró con su manera tan exquisita de jugar.

Selección de Francia para la EURO de 1984 (AP)
Jorge García
Ciudad de México /

Las Copas del Mundo son recordadas por aquellos momentos de espectacularidad, drama genuino, genialidad y gloria, momentos que se plasman en esos duelos históricos que quedan grabados en la memoria colectiva como pasajes épicos, protagonizados por equipos y sus estrellas que marcaron época, las cuales forjan el prestigio de sus respectivas escuadras, labrando el legado que va de generación en generación.

Uno de esos combinados que cristalizan fielmente algunas, y muchas más, de las características mencionadas anteriormente, es la Francia que maravilló con su manera de jugar, llevando a la práctica un futbol exquisito, con un entendimiento y una asociación que pocos equipos han llevado a tal nivel. Eso fue lo que logró el equipo galo de los años 70’ y 80’, mejor conocido por el sobrenombre de Le carré Magicque.

EL COMIENZO

Los años sesenta dejaron una huella de marcados fracasos para la selección de Francia. Tras la sorpresiva irrupción del cuadro de Just Fontaine y Raymond Kopa, en el Mundial de Suecia 1958, mismo que le ganó el tercer puesto de dicho torneo a los alemanes, Les Bleus sólo asistieron a una de las siguientes cuatro Copas del Mundo, siendo esta la de Inglaterra 66’, en donde finalizaron en último lugar de su grupo.


En 1976 el futbol galo vio el surgimiento, en su escuadra nacional, de los primeros jugadores que llevarían la batuta de este equipo por los próximos 10 años; la escuadra de los Olímpicos de Montreal fue la que trajo consigo a esos elementos iniciales del Le carré Magicque. Con una marcada inexperiencia, pero ya con puntuales indicios que anunciaban el futuro brillante que le deparaba a esta generación, Francia se clasificó al Mundial de Argentina, regresando a la justa tras 12 años de ausencia.

ARGENTINA 1978

Michel Hidalgo era el encargado y mente maestra del futbol champagne que llevaría a la práctica la selección de Francia


Para la Copa del Mundo de 1978, 20 años después de que aquel equipo, casi amateur de Just Fontaine, alcanzara metas inhóspitas en Suecia, el combinado galo se diferenciaba a aquel de 1958 por tener, en sus filas, a elementos que eran producto de una minuciosa forma de trabajo en semilleros y centros de entrenamiento, los cuales permitieron el surgimiento de jugadores con grandes cualidades, más competitivos y mucho más completos.


Con todo eso, el cuadro de Hidalgo se instaló en el sector A del Mundial de Argentina, compartiendo créditos con la albiceleste, con Italia, equipos con lo que cayeron derrotados, y con Hungría, rival al que derrotaron. 

La aventura fue de tan sólo tres partidos, lo que originalmente se presupuestaba para dicho conjunto; sin embargo, el torneo sirvió para confirmar el enorme potencial que la generación poseía.


Platini: El bastión

En la convocatoria para la Copa del Mundo de Argentina 1978, ya figuraron elementos como Patrick Battiston, Maxime Bossis, Didier Six y Dominique Rocheteau, pero el que más destacaba de todo ellos, por sus cualidades, era Michel Platini, elemento que se dio a notar en los Juegos Olímpicos de Montreal, dos años atrás, y que se estaba convirtiéndose en una sensación en el campeonato local, con el Nancy, equipo con el que había marcado 65 goles en las tres temporadas previas a este Mundial (75-76’, 76-77’ y 77-78’), además de darle un título de Copa.

Con él, se empezaría a dar forma al sello de la selección francesa. El líder que se requería; el mejor jugador que se tenía en ese momento. Como punta de lanza, poco a poco se iba a adquirir el juego y la espectacularidad que distinguiría a Les Bleus. Elemento eficaz; el ‘10’ por excelencia. 


El estratega puso en práctica a todo este equipo, caracterizado por el 4-4-2 o por un 4-3-3, que en ocasiones pasaba a ser un 4-5-1 o, incluso, a dejar sólo un hombre en la contención, tal y como sucedió en la Euro de 1984. Una cosa era clara, todo se sostenía y se financiaba en la labor que el rombo que se formaba en el medio campo, pero todo alrededor de la figura de Platini.

EL MUNDIAL DE ESPAÑA 

Al no poder ingresar a la fase final de la Eurocopa de 1980, Francia preparó de lleno lo que sería la eliminatoria de 1981, rumbo al Mundial de España. Durante este proceso, los del gallo se encontraron con Bélgica, equipo que empezaba a dar paso a la que sería una generación dorada para ellos. 

En ese momento, en el cuadro de Michel Hidalgo aparecieron piezas como Alain Giresse y Jean Tigana, además de elementos como Genghini, Jean-Francois Larios, Gerad Soler, entre otros, los cuales fortificaron al equipo que ya venía desde el 78’.


La misión era clara; esta generación debía de explotar de una vez por todas; lo ocurrido en Argentina, cuatro atrás, fue entendible y justificable debido a la inexperiencia; para la Copa Mundial de 1982, Francia debía dar el paso definitivo.


Y así lo fue. Tras dejar la fase de grupos, en donde se ubicaron junto a Checoslovaquia, Kuwait e Inglaterra, los galos barrieron con Irlanda del Norte y con Austria, para posteriormente enfrentarse a Alemania en aquella memorable Semifinal del Ramón Sánchez-Pizjuán.


La Semifinal en Sevilla

Luego de que de que el gran favorito Brasil fuera eliminado por Italia, en la segunda ronda, Francia automáticamente tomó el papel del equipo a vencer; su obstáculo, Alemania. Hasta antes de este duelo en Sevilla, el único antecedente entre la Mannschaft y Les Bleus, en Copas del Mundo, fue el partido que sostuvieron por el Tercer lugar en Suecia 58’, mismo que favoreció a los del gallo.

El choque sobre la cancha del Sánchez-Pizjuán quedó como el enfrentamiento entre dos estilos; el futbol champagne francés en contra del estilo industrial alemán, recordado por el estupendo nivel de juego mostrado aquel día. Un auténtico choque de dos ferrocarriles del balompié mundial, marcado por la jugada en donde Harald Schumacher colisionó a Patrick Battiston, acción que bien podría ilustrar lo que sucedió durante todo el juego.


Francia llegó a estar arriba 3-1; tras los tantos de Tresor y de Alain Giresse, todo parecía decantarse a favor de los Les Bleus, pero pronto la realidad cambió; la entrada de Rummenigge fue fundamental. A partir de ahí todo cambió. La cátedra del futbol champagne se cambió por el dominio teutón.


El mismo Rummenigge puso el 2-3 antes de finalizar el primer tiempo extra. En los 15 minutos finales lo inevitable sucedió; el tanto de Klaus Fischer puso el empate que eventualmente forzó la tanda de penales. Aunque Stielike erró, Schumacher detuvo los intentos de Didier Six y de Maxime Bossis, mismos que sellaron el pase de Alemania a la Final; Francia perdió el tercer puesto ante Polonia.

Video

: Cortesía

ESPN

LA EURO DEL 84’

Lo que había sucedido dos años atrás en el Mundial de España, se vino a confirmar en la Eurocopa de 1984. Era en su casa; la oportunidad perfecta para demostrar toda la evolución que este equipo había adquirido durante ocho largos años. Desde el fin de su respectiva participación, en los Juegos Olímpicos de Montreal, hasta la Semifinal de Sevilla.


Y era lógico. Lo ocurrido en la Copa del Mundo de 1982 era el antecedente inmediato. Aún estaba muy latente. Un equipo que ya se conocía de memoria, que sabía llevar una forma de juego muy bien definida tanto táctica, técnica y colectivamente. Para ese momento, aunado a la gran confianza del equipo, Platini estaba pasando por su mejor momento, al haberse convertido en un líder indiscutible en la Juventus, incluso por encima de jugadores como Boniek, Cabrini o Paolo Rossi.


Fue aquí cuando nació el verdadero Cuadro Mágico, el cual, con un característico Tiki-Taka, comenzó a deslumbrar al futbol mundial ya definirse como una de las mejores medias de todos los tiempos. Fernández, Giresse, Tigana y Platini.


De esta forma, el título de la Euro del 84’ se fue tejiendo. Francia le pasó por encima a Dinamarca, Bélgica y a Yugoslavia, para posteriormente jugar otra épica Semifinal, esta vez en contra Portugal, misma que se definió en la prórroga, con un 3-2. 


La Final fue la graduación de este equipo, con el triunfo ante España por 2-0, el cual consolidó el primer logro internacional para Les Bleus.

EL LEGADO EN 1986

Dos años después, ya con Michel Hidalgo como estratega, los galos partieron rumbo a México, para enfrentar la Copa Mundial de 1986. El título de la Euro de 84’ y su futbol los ponían como favoritos; con ello, lo siguiente: “En tierra azteca jugarán como dioses”.

Video

:

Tema relativo a la selección de Francia para la Copa Mundial de México 1986

.

A pesar de finalizar como segunda de grupo, los del gallo no tuvieron problemas para pasar la primera fase. Ya en octavos, echaron a Italia, el campeón defensor, con una gran exhibición. El resto sería otro par de juegos memorables.


La cúspide y el declive

Para los Cuartos de Final, Francia viajó a Guadalajara, para medirse a otro de los favoritos para llevarse el Mundial: Brasil. Este equipo había comenzado el torneo con dudas, pero para este instante estaban, prácticamente, alcanzando el nivel que habían mostrado en 1982.


El duelo que por justicia deportiva tuvo que haberse dado cuatro años atrás en el Santiago Bernabéu, en la Gran Final del Mundial de España, tuvo que decantar el fin para una generación. En este caso, el encuentro, con la derrota del Scratch, finalizó con la camada de Zico, Sócrates, Falcao y compañía; con el equipo de Telé Santana. 1-1 tras 120 minutos, culminando con una dramática serie de penales en favor de Les Bleus.


Todo terminó

En lo que sería la revancha de aquel fantástico partido en el Ramón Sánchez-Pizjuán, Alemania y Francia chocaron por uno de los dos boletos disponibles para la Final de México 86’; un duelo que daría la última oportunidad de pelear por la gloria sólo a uno de dos de los más grandes referentes del futbol en ese entonces: Michel Platini en contra de Karl-Heinz Rummenigge; ambos cumpliendo su tercera Copa del Mundo, además de que cada uno tenía, en su palmarés, un título de Europa con su selección. En su último Mundial, querían pelear por el máximo galardón que ofrece el balompié en este planeta.


Con tantos de Brehme y de Völler, la Mannschaft salió victoriosa, pero el partido distó de tener el nerviosismo y la espectacularidad del duelo que se había vivido cuatro años antes en Sevilla. En esta ocasión, los alemanes, dirigidos por Beckenbauer, ganaron con cierta facilidad, al imponerse 2-0, aprovechando errores de los mismos franceses.


Así fue como terminó esta gran generación de futbolistas galos, a la cual se le denominó como el cuadro mágico, el cual, para muchos, es la mejor selección gala de la historia. Para su consuelo, los dirigidos por Henri Michel se quedaron con el tercer lugar de México 86'.