Falta de comunicación entre los choferes y el centro de control del Metro, fallas en el limpiaparabrisas de uno de los trenes y un hoyo en el techo de una estación impidieron que los operadores de los dos convoyes que chocaron en la estación Oceanía pudieran evitar el accidente.
Rodrigo Pascual y Fernando Rosales contaron, en entrevista con Ciro Gómez Leyva en Grupo Fórmula, como estas circunstancias les impidieron evitar el choque.
"Al salir de la estación Oceanía y avanzar, como a 80 metros alcancé a visualizar una como lámina que bloqueaba la vía. Entonces apliqué frenado para evitar dañar el tren y avisé para solicitar corte de corriente, pero no recibí respuesta", dijo Pascual, operador del tren que fue impactado el pasado 4 de mayo.
"No alcancé exactamente a ver (el objeto) pues la lluvia era abundante, y el granizo. Era un objeto cuadrado y que vuela a la vía, no alcancé visualizar qué era", comentó sobre la lámina que bloqueó la vía.
Explicó que en la terminal Pantitlán hay un pizarrón donde el centro de control le avisa a los choferes sobre las fallas en la línea. Desde un día antes del accidente, ahí estaba indicada una falla en la comunicación con el Puesto Central de Control (PCC).
Fernando Rosales, quien conducía el tren que chocó al otro convoy, relató que salió de la terminal con pilotaje automático, como marca el protocolo. Hasta que salió del túnel de la estación Terminal Aérea se dio cuenta de que llovía.
"Intento prender mi limpiaparabrisas, el cual no funciona", indicó. No podía cambiar a conducción manual en ese punto porque necesitaba frenar el tren y estaba en un tramo en pendiente ascendente. Siguió en piloto automático hasta llegar al techo de la siguiente estación.
"Está roto el techado, hay una fuerte caída, una cascada impresionante", comentó. "Esa cortina de cascada acompañada del agua y la granizada que había en ese momento, al tren le sirve como mantequilla para que se deslice".
Como el tren de Pascual sí empezó a salir de Oceanía, cuando Rosales se acercó a la estación encontró el semáforo en verde, es decir que podía avanzar.
"Cuando logro entrar hacia la estación, ahí es cuando vemos la señal de entrada, la veo que la tengo en rojo, ahí es donde pido mi primer corte de corriente, (pero) el tren ya se venía deslizando".
Aseguró que pidió corte de corriente hasta cuatro veces, que intentó frenar el tren de todas las formas posibles, pero no pudo. "A una distancia de cinco metros, ahí es cuando ya decido salvaguardar mi vida y me aviento dentro de la estación Oceanía, ya nada más se escucha el fuerte impacto".
Rodrigo Pascual y Fernando Rosales coincidieron en que al Metro le hace falta mantenimiento para evitar que se repitan accidentes como el del pasado 4 de mayo.