Rumbo al 1 de julio, el Instituto Nacional Electoral (INE) enfrenta un reto mayúsculo... convencer a los ciudadanos de que sean funcionarios de casilla.
"Si los ciudadanos deciden no colaborar en el proceso electoral operando las casillas, estaremos en problemas todos", reconoció el consejero presidente, Lorenzo Córdova.
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Al participar en la 12 Cumbre mundial de comunicación política, Córdova Vianello dijo que la participación es el principal desafío que enfrentarán las autoridades electorales el 1 de julio, frente al desencanto generalizado por la democracia y las instituciones.
"En México no es un eufemismo decir que las elecciones no sólo son para los ciudadanos, sino son hechas por los ciudadanos. Si los ciudadanos deciden no colaborar con el Instituto Nacional Electoral en la instalación de las mesas de casilla, estaremos en problemas, y estaremos en problemas todos.
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"Ese es justamente el contexto que tenemos que remontar, y es un contexto en el que en el Instituto Nacional Electoral hemos decidido afrontar con la generación de información de manera inédita", dijo.
Los funcionarios del INE tendrán que visitar 11.5 millones de ciudadanos en sus domicilios para invitarlos a participar en las mesas de votación para reunir a 1.4 millones de funcionarios de casilla.
Hace seis años la convocatoria alcanzó un millón de ciudadanos.
De acuerdo con datos de Latinobarómetros, de 2016 a 2017, el aprecio por la democracia disminuyó de un 48 por ciento a 38 por ciento entre quienes consideran que la democracia es preferible a cualquier otra forma de gobierno.
Aseguró que frente a la elección más compleja de la historia, el INE despliega un blindaje que será "absolutamente intransigente" en términos de rendición de cuentas para hacer de esta elección la más explicada, informada y fiscalizada de la historia.
OVM