Las escenas de Roma, en un México enclavado a principios de la década de los 70, con las calles atravesadas por tranvías o cuando el Teatro Metropólitan era una monumental sala de cine, fueron un reto mayúsculo para el diseñador de arte Eugenio Caballero, sin embargo, el creativo aceptó que este es uno de sus trabajos más gozosos.
“Recrear la ciudad y rodarla en blanco y negro fue un reto muy grande, tuvimos que construir grandes calles, modificamos casa, hubo una precisión en este ejercicio que parte de la memoria de Alfonso, de cómo era su infancia, su casa, sus horas, justamente eso está en la película y eso hace que conecte emocionalmente”, explicó Caballero.
Para el ganador del Oscar por El laberinto del fauno (2006) la experiencia de compartir creatividad con Cuarón fue “monumental, maravillosa en todos los sentidos, ha sido un proceso de gran aprendizaje para todos, para mí es un proceso tremendamente emocional, porque al final habla de esta ciudad, de mi propia infancia, sumada por supuesto a la de Alfonso.
“Es una película muy querida para él, autobiográfica. Es un homenaje a esas dos mujeres que son importantísimas en su vida”, abundó Eugenio, quien aceptó que este largometraje es el recuento de su expertise: “Después de muchos años, venimos aquí a hacer Roma, un poco con todo lo que hemos aprendido de hacer cine… afuera, es una cosa muy interesante”.
Con su experiencia directa con la Academy of Motion Picture Arts and Sciences, sabe que incluso ser nominado para llevarse una estatuilla no es asunto sencillo: “Uno nunca sabe qué va a pasar, porque no puede controlar a un grupo de gente como la Academia, pero lo que sí sé es que hay un apoyo para armar una campaña en forma y que estamos mostrando una película que gusta mucho”.
Respecto a la negativa de los grandes complejos a exhibir Roma, Caballero mencionó que “los modelos siempre están cambiando y es inevitable, siento que se debe tener flexibilidad, porque justamente ahora las fronteras no están claras, qué es para la ventana de los cines o de una plataforma.
“Lo que hay que hacer es sumarse a que se pueda cumplir el ciclo: que una película se hace para llegar a la gente de la manera que se pueda”, agregó, al tiempo que aceptó que en Los Pinos se cree el programa Cine Cobija es “maravilloso, como la obra mítica de este lugar y que se abra para una función masiva, con la calidad de proyección y de audio que se requiere, es importante”.
llg