Más de cinco mil indígenas de Chipas huyeron a la selva para escapar de la violencia por el conflicto territorial en los límites de los municipios de Chenalhó y Chalchihuitán; sin embargo, ahora se enfrentan al frío, que ha dejado al menos nueve muertos.
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De acuerdo con el parroco de Simojovel, Marcelo Pérez, los indígenas tzotziles sufren hambre y frío en los campamentos localizados en los alrededores de Chalchihuitán, donde, afirmó, nueve personas han muerto, entre ellos cuatro menores.
La hija de dos años de Martín Pérez Luna y Carmela Pérez Pérez murió por una enfermedad respiratoria provocada por el frío.
"Cuando yo salí huyendo de mi casa por los disparos, no llevé nada, ni colcha ni ropa ni comida ni frijol ni pozol para comer, luego mi hijita se enfermó muy, muy, mal, no sabía qué hacer, y dije si sigue así va a morir de enfermedad", contó Carmela, quien está refugiada en campamentos en la comunidad de Pom.
"No había como irnos a buscar doctor, andábamos en el monte rodando sin saber dónde andábamos, huyendo de quienes disparaban; le dije a mi esposo vamos a ver dónde nos atienden o se va morir, pero ya no llegamos”, dijo.
Carmela enterró a su hija en la parcela cercana a su casa, pues, dicen, esa es la tradición. Desde el fallecimiento de la menor, su esposo se enfermo y ella perdió las ganas de vivir.
Pedro Pérez también perdió a su hija, debido a una enfermedad respiratoria a consecuencia del frío y aunque, dijo, que salió a buscar un doctor a la cabecera del municipio, no pudo hallarlo.
"Mi hija se enfermó por el frio, y se puso muy mala y no pudimos curarla, tenía mucha tos, no pudimos llevarla a la clínica porque los caminos estaban cerrados y en la clínica no había doctor, apenas hace poquito es que ya llegaron algunos, pero antes no, y pues sin dinero para medicamentos se me murió”, contó.
La enterraron en el patio de su casa; sin embargo, ellos continúan viviendo en el campamento de desplazados, en espera de que se resuelva el conflicto.
El gobierno del estado de Chiapas asegura no tener reporte alguno respecto a los muertos entre los desplazados, ya que de acuerdo al último informe del registro civil municipal, no se han expedido actas de defunción.
Sin embargo, muchos de los indígenas desplazados no cuentan con acta de nacimiento, credencial de elector y tampoco saben hablar español.
El pasado 13 de diciembre, el Tribunal Unitario Agrario dictó un fallo a favor del municipio de Chenalhó, por lo que cerca de 400 hectáreas en disputa pasarán a manos de los pobladores de este municipio; no obstante, pobladores de Chalchihuitán aseguran que impugnarán este fallo.
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A pesar de la resolución del tribunal, los desplazados aseguran que no regresarán a sus casas por temor a que sean agredidos por grupos armados, lo cual los pone en riesgo ante la llegada de los frentes fríos.
JASR