Alrededor de mil habitantes del municipio de Tlahuelilpan, Hidalgo, recolectaban combustible de una fuga en un ducto de Pemex, provocada por una toma clandestina, ante la mirada de elementos del Ejército y de la Policía Federal antes de que explotara.
El gobernador de Hidalgo, Omar Fayad, informó que la toma clandestina ya estaba asegurada y siendo atendida por personal de Pemex, en compañía de elementos del Ejército y de la Gendarmería.
Sin embargo, señaló que "las oleadas" de personas superaron a los agentes de seguridad, que poco pudieron hacer para evitar que se acercaran a recolectar el combustible.
Al respecto, el secretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, explicó que los elementos del Ejército llegaron al lugar y hallaron una pequeña fuga, pero que se fue haciendo grande.
"Se muestra que es una toma vieja, pero esta toma empezó a tomar presión, llegó a varios metros de altura y es en ese momento que se acerca la gente del pueblo a tratar de recoger el producto".
"En algún momento es demasiada la gente que estaba ahí y el Ejército, para evitar problemas, se repliega y es cuando van en retirada que se percibe la explosión", explicó en entrevista para Noticieros Televisa.
Tras varias horas de la fuga, la toma clandestina explotó, lo que dejó al menos 21 muertos y 71 heridos, informó el secretario de Gobierno estatal, Simón Vargas.
RLO