Libros para lectores de 0 a 20 (y más). Parte II

¿Libros de ciencia ficción, ilustrados, novelas, cuentos o poemas? Ante la duda de con qué fomentar la lectura en los menores, Raquel Castro nos hace algunas recomendaciones.

En la FIL de Guadalajara hay opciones de libros para todas las edades.
Editorial Milenio
Ciudad de México /

Ayer comentaba en esta columna que a veces queremos compartir el gusto por la lectura con niños, niñas o adolescentes, y podemos sentirnos perdidos, sin saber qué podría gustarles. Lo malo de eso es que terminamos comprando algo genérico o no comprando nada, cuando quizá lo único que necesitábamos era una pequeña ayudadita, una guía mínima de qué podría interesar a esos lectores. Ya comentamos algunas características de los niños y niñas de 0 a 11 años, sus intereses generales y lo que no es buena idea darles a leer; y ahora vamos a continuar con los lectores de 11 años en adelante.

El primer obstáculo que vamos a enfrentar cuando se trate de lectores adolescentes es que existe un enorme prejuicio: mucha gente parte de la idea de que "no les gusta leer", como si fuera un factor genético o estuviera escrito en piedra. Es cierto que un chico o chica que no ha adquirido antes el gusto por la lectura va a tener problemas en esta etapa: los libros dirigidos a "su edad" van a tener letra chiquita, muchísimas páginas y pocas o ninguna ilustración, lo que puede ser intimidante o árido, mientras que los libros más atractivos les pueden parecer demasiado infantiles en su tema y estética. Definitivamente, la opción no es recetarles novelones o tratados filosóficos, sino buscar opciones cercanas a sus inquietudes e intereses. Por cierto: incluso los chicos que sí tienen un hábito lector resienten cuando, de repente, les quitan los libros "bonitos" para darles obras que pueden percibir como hostiles y, por tanto, aburridas. La verdad es que a todos nos gusta un libro bien formado y no conozco adultos que le hagan el feo a un buen álbum ilustrado, así que ¿por qué quitarles ese gusto a los más jóvenes?

Los y las púberes (11 a 14 años, más o menos) están en una etapa de muchos cambios y aún tienen muchos rasgos infantiles. Les gustan las historias con protagonistas un poco mayores que ellos, de preferencia donde los problemas tengan que ver con el entorno social y no tanto con los padres. Libros como Fuimos una banda de rock, de Enrique Escalona, El club de los perdedores,< de Lorena Amkie, la trilogía Mundo umbrío, de Jaime Alfonso Sandoval, o la colección El libro de los héroes, de Antonio Malpica, funcionan muy bien con los púberes ya adentrados en el gusto por la lectura, mientras que Cuentos escritos a máquina, de Gianni Rodari, Quince días sin cabeza, de Dave Cousins, Whats del más allá, de Rose Cooper, o Frin, de Luis Pescetti, pueden ser puerta de entrada a los libros para chicos que no están tan familiarizados con ellos. Las ediciones ilustradas de Harry Potter también caben en esta lista sin dificultad. Qué evitar: libros condescendientes o moralinos y la frase "la próxima vez que te vea te voy a hacer un examen", que es la mejor forma de ahuyentarlos.

De 14 a 17 años. Ahora sí estamos en la etapa de la mera adolescencia. Es cierto que la música y el romance son dos de las grandes pasiones de esta edad, pero también hay interés en diversas manifestaciones de rebeldía y búsqueda de la justicia social (por eso gustan tanto Los juegos del hambre, de Suzanne Collins) y aproximaciones a la vida universitaria o de los jóvenes adultos. Para salir de lo habitual, podría apostársele a la edición (¡sin palabras!) de Romeo y Julieta ilustrada por Mercé López o a una bonita edición de poemas de Jaime Sabines, Mario Benedetti o Pita Amor; novelas como Loba, de Verónica Murguía, o El año terrible, de Tamar Cohen; o ensayos como Te vas a morir, de Arturo Vallejo (que habla sobre avances científicos dedicados a aplazar, evitar o revertir la muerte), o Las mujeres son seres humanos, de Laura Lecuona (acerca de perspectiva de género), ambos de la colección Caja Chica, de la Secretaría de Cultura. Qué evitar: libros que pretendan ser "manuales para la vida" absolutos.

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17 a 20 años. Pues sí, en algunos aspectos ya son adultos pero en muchos otros no. Y según las encuestas sobre hábitos lectores, es precisamente en esta etapa donde disminuye dramáticamente el nivel de lectura, a lo mejor porque la escuela ya no obliga a leer pero también porque muchos padres dejan de financiar el hábito, mientras que los jóvenes aún no tienen la independencia económica para mantenerlo solos. Así que bien vale la pena seguir fomentándoles el gusto, pero considerando sus intereses: curiosidad por el mundo adulto, miedo y deseo de independencia, romance y erotismo (papás, no se desmayen). Por ejemplo, Enlazados, de Rainbow Rowell, Maldito Romeo, de Leisa Rayven, Fallas de origen, de Daniel Krauze, o Tony Ninguno, de Andrés Montero.

Por cierto, si un o una adolescente o adulto joven (o adulto de cualquier edad) no ha tenido mucha cercanía con los libros pero quiere comenzar a acercarse, una buena opción puede ser la narrativa gráfica: durante mucho tiempo se le consideró un arte menor pero a últimas fechas ha tomado vuelo y hay ejemplos bellísimos. Pero de esto hablaremos en otra ocasión.


RSE

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