Es un secreto a voces que los administradores de los fondos que se invierten en la industria de energías renovables casi siempre se salen con la suya, ya que en general ofrecen a los inversionistas muy bajos rendimientos.
Podemos citar como ejemplo a Greencoat o The Renewable Infrastructure Fund, que entre ambos son propietarios de más de 2,598 millones de dólares (mdd) de activos de energía renovable en el Reino Unido. Estas entidades buscan ofrecer rendimientos de entre 6 y 8% a sus inversionistas. Compare eso con los generadores convencionales de energía térmica, como la estadunidense Calpine, que cotiza en bolsa y logró rendimientos anuales promedio a largo plazo de 15%
La respuesta puede encontrarse en los contratos con respaldo del gobierno que le aseguran a los generadores renovables un mercado para cualquier cantidad de energía que puedan producir a precio garantizado.
Al eliminar el riesgo de mercado para los megavatios hora (MWh) producidos por una turbina eólica o un panel solar, el Estado le permite a los dueños obtener capital en condiciones realmente favorables.
¿Y por qué no? Después de establecer las metas para la descarbonización, ¿por qué no usar las garantías del gobierno como una forma “sin costo” para ayudarles a cumplirlas? Así se expresó un jefe de una empresa de energías renovables cuando le hice la siguiente pregunta: “¿No es interés de todos que estos activos se construyan lo más barato posible?”.
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No está en discusión que la energía solar y eólica genera gastos adicionales para la red. Estos van desde la necesidad de limitar el exceso de producción cuando el viento sopla más fuerte de lo esperado (se pagaron 107 mdd a los parques eólicos en 2016), o cuando el sol aparece de repente y se genera un exceso de energía en una zona equivocada del país, que no corresponde realmente a su demanda. Podrían requerir que el operador del sistema le pague a ciertos parques eólicos para no producir, o apagar o encender por un tiempo algunas estaciones de gas específicas, para equilibrar el sistema.
Entonces, la pregunta clave es, ¿qué tan grande es este costo? Un informe reciente del Centro de Investigación de Energía del Reino Unido, que suele tener una visión favorable sobre las energías renovables, sugirió que ascendería a 13 dólares/MWh, incluso si la producción de energía solar y eólica subiera al doble a partir de hoy. Eso no es algo trivial si se tiene en cuenta que en 2016 el valor promedio de mercado mayorista de la producción eólica era de 50 dólares/MWh.
Pero la investigación de Gordon Hughes, un exprofesor de economía en la Universidad de Edimburgo, que es más escéptico, pinta una imagen mucho más sombría. Estima que los costos reales promedio ahora alcanzan los 29 dólares/MWh, lo que implica que la energía por la que el mercado mayorista de energía pagó 50 dólares/MWh en realidad solo vale 21.5 dólares.
Peor aún, cree que los costos de compensación aumentarán a medida que las energías renovables lleguen a ser una parte más grande del sistema, aumentando tal vez a 104 dólares/ MWh por “períodos sustanciales cada año en un lapso de 10 años”.
En efecto, se trata de un subsidio oculto muy importante para esas tecnologías, que se suma a los ya conocidos.
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Por supuesto, esto puede ser demasiado pesimista. Algunos piensan que los costos de compensación comenzarán a caer rápidamente a medida que logremos mejorar los pronósticos del clima. Actualmente, la industria ya ubica de manera inteligente las instalaciones de las energías renovables para que el viento o el sol en el lugar “A” equilibre de manera natural la ausencia que hay de cualquiera de ellos (viento o sol) en la ubicación “B”.
En cualquier caso, un mecanismo sensato sería que los costos de compensación se coloquen de manera más directa sobre aquellos que los causan. En lugar de dar a los operadores de energías renovables una opción libre para vender cualquier cantidad de energía que produzcan, esto los obligaría a producir cantidades específicas de energía en ciertas horas del día, con sanciones si es que producen de más o de menos.
Una reforma de este tipo podría revelar algo más cercano al costo real de producir megavatios hora con las energías renovables, y al mismo tiempo le daría incentivos a los parques eólicos y solares para no generar gastos adicionales en el sistema. También obligaría a los operadores de las energías renovables a justificar más plenamente los bajos costos de capital que disfrutan.