¿Para qué sirve una Mesa?

  • En la tormenta
  • David Herrerías Guerra

Ciudad de México /

Para Rocío Naveja

En días pasados un portal de noticias publicó una nota en la que acusaba a la coordinadora de la Mesa Ciudadana de Seguridad y Justicia de recibir, de parte del Estado y algunos municipios, más de 8 millones de pesos. La nota insinuaba que dichos recursos podrían ser irregulares, pero sobre todo, que existiría conflicto de interés, puesto que gran parte de este financiamiento tenía que ver precisamente con programas de seguridad y la independencia de la Mesa quedaba en entredicho.

El encono contra Rocío Naveja surgió un poco antes, por una de sus declaraciones públicas en la que ella parecía calificar con un 10 a las autoridades de seguridad estatales. En realidad lo que hizo Rocío fue repetir lo que en una reunión nacional de Mexico SOS había dicho Alejandro Martí, fundador de México SOS y el renombrado jurista Miguel Carbonell.

Por un lado hay que afirmar que los recursos que la Universidad que dirige recibió, no son nada que se salga de la legalidad. Humani es una universidad privada que atiende a un sector de recursos medios y bajos, que vive de sus colegiaturas y, como otras universidades privadas, vende servicios de investigación y docencia a entidades públicas y privadas. Por otra parte, cuando Rocío aceptó entrar como coordinadora de la Mesa de Seguridad, tuvo que renunciar a esta fuente de financiamiento de su organización y dejó de concursar para obtener recursos públicos. Todos los recursos de los que se habla están debidamente comprobados, fueron recibidos antes de su participación en la MCSyJ y no hay nada irregular. Como todos los que integramos la Mesa Ciudadana de Seguridad, ella no recibe ningún salario, más bien aporta recursos para asistir a reuniones y para facilitar las actividades de la Mesa.

Ahora bien ¿como la Universidad de Rocío recibió recursos del Estado, su independencia está en duda?. Lo mismo habría que decir entonces de todos los medios de comunicación que subsisten en buena medida gracias a que son proveedores (de comunicación) del Estado.

Puede ser que la coordinadora no haya cuidado las formas al expresar sus opiniones sobre el Procurador Guanajuatense, que parecen dar un espaldarazo a todo lo que hacen las autoridades en términos de seguridad, y puede ser que haya errado en otras afirmaciones hechas frente a la prensa, pero la virulencia de los ataques resulta un poco sorprendente.Tan desproporcionadas y faltas de sustento me parecen que se vuelve interesante detenernos a pensar cuál puede ser el origen.

Una posibilidad es que los ataques provengan de alguien a quien la Mesa Ciudadana o algunos de sus integrantes perjudicaron en sus intereses. La especulación es válida, pero al no tener a la mano evidencias que lo sustenten prefiero no bordar en el vacío. Dejo a otros más enterados de los bajos fondos de la política y los negocios que sigan esa veta. Sí es evidente, que rápidamente se subieron al carro de la censura quienes creen que golpeando a la Mesagolpean al gobierno estatal y municipal.

Pero me parece que hay también en el fondo una preocupación legítima de muchos ciudadanos y periodistas sobre el papel y la actitud que debe tener la Mesa frente a las autoridades encargadas de procurar justicia y seguridad en el municipio. Y esto en parte viene de la falta de claridad sobre lo que es una Mesa Ciudadana de Seguridad en contraste con otros organismos de la sociedad civil.

La Mesa Ciudadana es, ante todo, un organismo que busca hacer coincidir, conciliar, coordinar los esfuerzos por la seguridad de los tres niveles de gobierno con los aportes de la sociedad civil. No es, como lo pudieran ser otras organizaciones como Propuesta Cívica o el Observatorio Ciudadano, asociaciones cuya misión sea señalar, evaluar, y mantener una distancia siempre crítica frente al Estado para que este haga bien su trabajo. Es una forma de participación ciudadana sui generis porque está conformada por ciudadanos y ciudadanas, pero en su expresión completa, participan como miembros las autoridades de más alto nivel en el Estado en los temas de seguridad, incluyendo al dependencias federales y al ejército.Por eso el Observatorio propuso la creación de la Mesa, pero se separa claramente de ella. Al Observatorio le toca señalar las fallas, a los integrantes de la Mesa nos toca trabajar con los tres niveles de gobierno para encontrar las vías para solucionarlas. Es claramente un trabajo de colaboración, y quizás corremos el riesgo, naturalmente, de asumir parte del costo de los fracasos.

Eso no quiere decir que las reuniones con los funcionarios sean siempre miel sobre hojuelas; se discute, se piden resultados, pero se privilegia la posibilidad de trabajar juntos.Se trabaja en tres o cuatro reuniones mensuales, en plenarios y comisiones, sobre la evaluación de ministerios públicos, sobre alternativas para aumentar la tecnificación en seguridad, sobre temas que tienen que ver con la prevención y la cultura de paz y otros más.El problema de la seguridad es complejo y los resultados de este trabajo de coordinación no se podrán ver en el corto plazo,

Creo que hay diferentes formas de participación ciudadana, todas respetables. Ésta, basada en la conciliación y la colaboración, es una de ellas, y hay que entender su lógica para justipreciarla.

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