La violencia que vive Tamaulipas registró otro pico en esa línea imaginaria que muchas veces sube y en muy contadas ocasiones logra permanecer abajo.
El asesinato de Miriam Rodríguez, mujer valiente que dio con el paradero de su hija desaparecida y puso tras las rejas a sus secuestradores y asesinos, recordó que en Tamaulipas las acciones por devolver la tranquilidad a sus habitantes no son tal, por lo tanto se está ante una promesa incumplida.
Su crimen es un duro revés al intento de las autoridades de involucrar a la sociedad en el combate de la violencia con su denuncia, y también pone en entredicho las garantías de protección oficiales ofrecidas a quienes deciden señalar a delincuentes.
Antes de que la voz de la señora Miriam fuera silenciada, hubo siete días continuos de violencia en Reynosa con saldo de casi una treintena de muertos, y una escandalosa fuga de reos por un túnel del penal de Victoria.
Aunque en Tamaulipas todos los días pasan cosas relacionadas con la ausencia de seguridad pública, como el robo en sus distintas versiones y a lo que no se lo pone tanta atención porque los policías no se dan en maceta, los últimos sucesos de alto impacto ya mencionados motivaron a una revisión de la estrategia emprendida hace ya tres años.
Fue así como el secretario Miguel Ángel Osorio Chong volvió a Reynosa, lugar donde el 13 de mayo de 2014 anunció acciones contra la violencia, que evidentemente no han conseguido el resultado esperado.
Los indicadores de incidencia delictiva de ese tiempo a la fecha lo plasman, y la percepción ciudadana así lo confirma. La gente se duele de falta de policía, del déficit en el sistema de procuración de justicia que provoca impunidad, y de una deficiente impartición de justicia. El fortalecimiento de las instituciones de seguridad no se ha cumplido.
Para el titular de la Secretaría de Gobernación, que los enfrentamientos entre delincuentes, y éstos contra elementos de seguridad, hayan dejado de ocurrir en las ciudades de Tamaulipas y sucedan solo en dos, así como la captura de todos los objetivos, son los resultados de la estrategia.
El siguiente paso ahora es crecer en inteligencia, ir contra la logística y fuentes de financiamiento del crimen, pero sin un aumento de presencia de elementos federales, y ya no hubo oportunidad de plantear si ello se traducirá en una reducción de jornadas violentas, menos asesinatos, secuestros, extorsiones y robos.