Carlos Vives, orgulloso de sus raíces y de la cultura de su patria, aseguró que Colombia “siempre ha sido una fábrica de música”, e incluso destacó que actualmente se está haciendo “mucho más que música urbana”, y para ser congruente con sus palabras compartió su exitosa noche en el escenario del Festival de Viña del Mar con sus compatriotas ChocQuibTown y Sebastián Yatra, además de Wisin, con quien también hizo un dueto.
La riqueza de sonidos que ofreció en los vallenatos, las cumbias y los joropos, además de sus baladas, detonó la fiesta que se “armó” en el escenario de la Quinta Vergara, donde fue imposible no sucumbir ante la alegría de la música y las letras que interpretaron los protagonistas de la quinta velada del festival.
“En los últimos tiempos se ha habla mucho de la música urbana por los sonidos que se han producido en Medellín, donde se creó una nueva generación de músicos de esa localidad como J. Balvin y Maluma.
“Pero en Colombia ocurren cosas musicales más importantes de territorios muy olvidados como el Pacífico colombiano, donde ha aparecido un hip hop como el de ChocQuibTown, grupo novedosos de origen afro, que son de tierras muy olvidadas por los colombianos, y que nos han pagado con una revolución de sonido y de poesía increíble”, destacó el cantante, quien al invitar al grupo a su actuación en el festival, demostró por qué reconoce y promueve tanto su calidad, e incluso compartió con gusto el doble reconocimiento, Gaviota de Plata y Gaviota de Oro; que el monstruo le tributó.
Acción que realiza porque es consciente de que “muchos de los músicos en los que creemos, al menos yo, no cuentan con la misma promoción como la que hoy goza la música urbana”.
Los duetos, el recurso que la industria musical ha retomado desde hace algunos años para lograr un respiro con las ventas que se logran, no son indiferentes al oriundo de Santa Marta, quien destaca que “hace años que no me interesaban”, porque no se daban de manera natural, pues eran por seguir un plan de mercadotecnia.
Él asegura que los hace “por el impulso de compartir de manera natural”. Aunque reconoce que en el caso de “La bicicleta” que cantó con Shakira, “hasta cierto punto fue una sorpresa”, porque ella es considerada como una artista internacional y yo como local, entonces que una artista como ella quisiera hacer un vallenato conmigo fue algo sorprendente”, dijo el intérprete de temas como “Volví a nacer”, quien con el tema que grabó con la también colombiana puso a bailar y cantar a las 15 mil personas que acudieron a la Quinta Vergara y lo veían moverse en su bicicleta de un lado al otro por el escenario construido para 59 edición del festival; mientras el público no dejaba de bailar su ritmo. Escena que se repitió cuando Sebastián Yatra, otro de sus paisanos, “quien también me buscó para que hiciéramos un vallenato, en la canción ‘Robarte un beso’, subió para compartir el escenario y para contagiarse de la energía que derrochó Vives en cada interpretación, e incluso emocionarse con las dos Gaviotas que alzó el protagonista de la histórica velada, que proyectaron Chilevisión y TNT.
Las historias de Viña
Rafael Araneda y Carolina de Moras de nueva cuenta volvieron al escenario de la Quinta Vergara para conducir las emociones que se producen entre El monstruo y los artistas, acciones que han dejado huella en los 59 años que se ha realizado la fiesta que en esta edición proyectaron Chilevisión y TNT.
Y aunque en la pantalla todo luce espectacular y se advierte la sincronía que logra el equipo de producción; los conductores reconocen que detrás de cámaras hay muchas situaciones que han dejado huella y forman parte de la historia del festival de Viña del Mar, que desde 2000 se realiza en el escenario que actualmente se presenta, por lo que el cerro que está a un costado dejo de ser la espontánea zona de asientos para muchas de las personas que acudían a presenciar el show.
Así compartieron desde las exigentes peticiones que hizo el equipo de Luis Miguel en 2015, cuando se presentó en La Quinta Vergara, que iban desde llegar directamente de su auto al escenario, hasta poner mantas negras en su camino para que nadie lo viera.
La conducta de Morrisey es otro de los ejemplos que dieron, luego de que en 2012 el cantante pidió que no se vendiera ningún tipo de alimento con carne, ni adentro ni fuera del parque de la Quinta Vergara, congruente, según él, con su práctica vegana. Esto provocó que decenas de chilenos que instalaron sus puestos a las afueras del inmueble perdieran su inversión.
En tanto que la conducta de Elton John sorprendió en 2013 a los organizadores cuando solicitó dormir en el Palacio de la Quinta Vergara; acción que no se dio, debido a que no reunía las condiciones para darle alojamiento ahí, como se le explicó al británico.
Noche de éxito entre mujeres
En la misma noche, Ha*Ash también se alzó con dos Gaviotas, plata y oro; pues aunque Carlos Vives ya había provocado al público para que reaccionaran ante su derroche de energía, el dueto de las mexicanas estuvo a la altura y también conquistó al monstruo.
Alejandra Azcárate se valió de su humor y tras casi 40 minutos de mantener al público sonriendo también se llevó dos estatuillas.
CNCO fue el grupo más perseguido por las fans en esta edición del festival, pues desde tempran hora las chicas se instalaban a las afueras del hotel Sheraton donde estaba hospedado el quinteto que asesora Ricky Martin.