Retoman y difunden el clásico cancionero mexicano

Natalia Lafourcade, La Única e Internacional Sonora Santanera y Lila Downs abrazan la responsabilidad y gusto de acercar a los jóvenes al extenso repertorio de música nacional.

Eduardo Gutiérrez Segura
México /

Natalia Lafourcade fue una de las principales artífices del resurgimiento del cancionero clásico mexicano con el disco tributo al compositor Agustín Lara; a la intérprete se sumaron en la responsabilidad de retomar y difundir estas liricas y ritmos la agrupación La Única Internacional Sonora Santanera y Lila Downs, quienes han logrado su cometido.

La noche del Bicentenario, a los pies de El Ángel de la Independencia, Lafourcade interpretó “Farolito”; antes de esa velada, la cantante investigó a Agustín Lara y se “enamoró” de su capacidad de transmitir emociones a través de la lírica y el ritmo. Desde entonces la joven abrazó la misión de llevar esta música de la edad de oro a todo aquel que prestara sus oídos.

Natalia se convirtió así en una guardiana de la tradición de la canción mexicana, que la llevó a alzarse con un Grammy Latino a Mejor Álbum de Música Alternativa y principalmente a transmitir el gusto por conocer cómo se enamoraban las parejas.

“Tenía muchas ganas de cantar en español, reforzar la parte de compositores nacionales. La vida me llevó a Agustín y me enamoré de él, era algo distinto a lo que siempre había hecho: la armonía y descubrir cómo tocar esas canciones. Algo de mí instantáneamente se conectó con Lara… Fue una aventura increíble de hacer.

“Hoy salen tantos covers, porque antes se componían canciones desde un punto emocional muy distinto, la tecnología, la sociedad y lo que vivimos nos hace experimentar el amor de una manera diferente. Antes había algo más profundo y me hacía falta eso”, compartió Natalia.

La nacida en CdMx considera que el renacer de estas piezas se dio gracias a la afinidad que los escuchas pueden sentir, a pesar de que “la época es distinta, pero las emociones están y buscamos sentir. Me identifiqué y me abrió un universo que no conocía antes y lo hice a través de Agustín Lara”.

EL SABOR DE LA TRADICIÓN

“Perfume de gardenias” y “Luces de Nueva York” se han convertido en parte del cancionero mexicano, La Única Internacional Sonora Santanera, que las interpreta, se sumó a la cruzada de acercarlas a nuevos escuchas. La agrupación apostó por las colaboraciones, primero con Saúl Hernández, en las piezas “Como tú”, “El Bomboro”, “El Orangután” y “La Boa”.

Los ganadores del Grammy Latino en dos ocasiones consecutivas y nominados al estadunidense en la categoría de Mejor Álbum Tropical Latino, continúan con su esfuerzo de colaborar con talentos musicales más jóvenes en el álbum La fiesta continúa, para el que llamaron a María León, CD9 y Aleks Syntek, entre otros.

“La juventud conoce (la propuesta), no es su favorita, porque siempre hay que estar con la moda, pero ellos conocen el trabajo del maestro Agustín Lara, de José Alfredo Jiménez y los conocen, porque de alguna manera se han relacionado a través de su familia. Cuando platicamos con algún joven nos dice: ‘¡Qué buena rola esa de ‘El mudo’!

“Se acuerdan de cuando estaban morritos (sic) y veían bailar a su papá o abuela. Falta inculcarles más la música y cultura de antes, con el bolero o los tríos. El romanticismo es importante, sobre todo en esta época de tanta violencia, las canciones que no hablen de cosas nocivas”, afirmó Arturo Ortiz, percusionista, a ¡hey!

Para el músico, es necesario este rescate de la tradición sonora en un momento en el que la música, “se ha degenerado mucho, pero retomando esos bellos temas y la época, a los jóvenes les va a gustar. Por eso nuestro corte es romántico, alegre y hasta bohemio, porque quién no ha tenido un desamor, hay que cantarle al adulto mayor y a los niños.

“La juventud necesitaría meterse en lo de antes, para valorar lo que tiene ahorita”, abundó Ortiz.

LA MUSA DEL FOLCLOR MODERNO

Desde su trinchera, Lila Downs también firma el compromiso por difundir, en su caso, la sonoridad más profunda de la mexicanidad. El público que la oye, acepta la propia intérprete, es inconfundible, pero a través de tintes más contemporáneos pugna por atraer la atención generalizada. La musa, que tienen “enterrado” su ombligo en la Heroica Ciudad de Tlaxiaco, pone especial énfasis en compartir con generaciones actuales, a través de su música, “los valores que se inculcan de ser parte de la comunidad, hacer el famoso tequio, que es la responsabilidad voluntaria. La filosofía indígena es la que comparto en todas partes donde he podido estar.

“Hago la música con mucho cariño. Es difícil difundir el folclor, el público es más complicado, porque es una mixtura de música más moderna y diferentes elementos”, finalizó Downs.

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