La ex fiscal general de Estados Unidos, Sally Yates, confirmó haber advertido a la Casa Blanca que el entonces Asesor de Seguridad Nacional, Michael Flynn, podía ser objeto de chantaje por parte de Rusia.
En su esperado testimonio ante el Comité Judicial del Senado, Yates indicó haberse reunido con el abogado de la Casa Blanca, Donald McGhan, cuando el Departamento de Justicia se percató de inconsistencias entre las acciones de Flynn y las declaraciones del vicepresidente Mike Pence.
Yates, quien sería despedida después por el presidente Donald Trump por haberse rehusado a defender otra de sus órdenes ejecutivas, dijo que los rusos no sólo sabían que Flynn había engañado a sus superiores en la Casa Blanca sino que tenían pruebas, lo que hacía a Flynn sujeto a un chantaje potencial.
Aunque Yates, nombrada al cargo por el presidente Barack Obama, declinó dar detalles sobre las inconsistencias por motivos de seguridad nacional, medios estadunidenses han reportado que alude a una reunión entre Flynn y el embajador de Rusia en Washington, Sergey Kislyak.
Flynn, quien había sido despedido por Obama como jefe de la Agencia de Inteligencia de Defensa, renunció eventualmente al puesto a petición del presidente Donald Trump por haberle mentido a Pence sobre la naturaleza de sus contactos con los rusos.
De acuerdo con reportes de prensa, Obama había recomendado a Trump no contratar a Flynn cuando el presidente saliente y el entrante se reunieron en la Casa Blanca, un consejo que fue desoído por Trump cuando nombró a Flynn como Asesor de Seguridad Nacional.
Yates dijo haberse reunido con McGhan en una segunda ocasión porque el abogado de la Casa Blanca quería conocer la evidencia del Departamento de Justicia sobre Flynn. Reconoció que no supo si la Casa Blanca tuvo acceso al material porque fue despedida por Trump.
McGhan preguntó a Yates si Flynn debía ser despedido, pero la procuradora interina dijo haberle respondido que eso correspondía a la Casa Blanca.
En la audiencia, el exjefe del Directorio de Inteligencia Nacional, James Clapper sostuvo que las actividades de injerencia de Rusia en las elecciones presidenciales de 2016 representan sus actividades de desestabilización electoral de Estados Unidos desde 1960.
"Se deben estar felicitando por haberse rebasado sus mayores expectativas", señaló Clapper. "Ahora están envalentonados para continuar sus actividades en el futuro, tanto aquí como en el mundo, e incluso hacerlo de manera más intensa".
Pero sorpresivamente, Clapper reconoció no haber estado enterado que el Oficina Federal de Investigaciones (FBI) realizaba desde meses antes una pesquisa sobre la posible colusión entre Rusia y miembros del equipo de campaña de Donald Trump.
La entonces candidata presidencial Hillary Clinton sugirió que la lógica de la injerencia de Rusia era favorecer al candidato presidencial republicano.
Ni Clapper, ni Yates dijeron saber cómo la información oficial sobre las actividades de Flynn fueron filtradas a medios estadunidenses como The Washington Post.