El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, solicitó al sector manufacturero estadunidense apoyo para su "nueva revolución industrial", a la vez que señaló que el país no necesita "amigos en el extranjero" si eso supone tener un déficit comercial.
Durante un discurso pronunciado en la localidad de Ypsilanti, en las afueras de Detroit, el corazón del sector del automóvil de Estados Unidos, Trump declaró que "se acabó el asalto al sector automotor estadunidense" y anunció que eliminará todas las normativas que "socavan" la producción de vehículos.
El mandatario solicitó "tener fe en los trabajadores y las grandes compañías estadunidenses" y lanzó una petición a las compañías presentes a que se unan al gobierno "en esta nueva revolución industrial".
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El presidente estadunidense explicó que esa "nueva revolución industrial" está basada en el principio de "eliminar cargas a las compañías" a cambio de que "contraten y crezcan" en Estados Unidos.
Entre los aplausos de empleados y directivos del sector del automóvil, incluidos los consejeros delegados de General Motors (GM), Mary Barra; Fiat Chrysler (FCA), Sergio Marchione; y Ford, Mark Fields, dijo que "no hay una vista más bonita que la de un automóvil hecho en Estados Unidos".
Trump también aprovechó para atacar los acuerdos de libre comercio firmados por anteriores presidentes porque dijo que "robaron" a las comunidades del país puestos de trabajo, permitiendo por ejemplo la entrada en Estados Unidos libre de impuestos de vehículos producidos en el extranjero.
El mandatario añadió que los políticos defendieron los déficit creados por los acuerdos de libre comercio porque "nos han dado amigos en el extranjero".
"No quiero amigos en el extranjero si eso es lo que nos va a costar. No necesitamos amigos en el extranjero para eso", dijo.
AFC