Irma, el huracán más potente del Atlántico del que se tiene registro, tocó tierra esta madrugada en Antigua y Barbuda, en el noreste del Caribe, y avanza hacia Puerto Rico, República Dominicana, Haití y Cuba, antes de posiblemente dirigirse a Florida el fin de semana.
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El ojo del huracán pasó sobre la isla de Barbuda alrededor de la 1:47 de madrugada, según el Servicio Nacional Meteorológico de Estados Unidos.
En Barbuda, la tormenta arrancó el tejado de la comisaría de policía, obligando a los agentes a buscar cobijo en el cuartel de bomberos cercano y el centro comunitario que servía de refugio oficial.
Aguaceros y fuertes vientos castigaron la vecina isla de Antigua, levantando escombros por los aires mientras la gente se resguardaba en casa o en refugios del gobierno.
La tormenta de categoría 5 también suspendió la comunicación entre islas. Se registraron daños en varias viviendas, según Midcie Francis, de la Oficina Nacional de Servicios en Desastres, aunque era demasiado pronto para evaluar la extensión de los daños.
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El extremo norte de la isla se vio especialmente castigado, señaló el ministro de Exteriores, Charles Fernandez, que supervisaba de forma temporal la gestión de desastres.
El meteoro mostraba vientos sostenidos máximos de 295 kilómetros por hora, según el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos, con sede en Miami. Su previsión del martes por la noche era de una leve fluctuación en los vientos, aunque se esperaba que conservara fuerza de categoría 4 o 5 durante uno o dos días más. La previsión apuntaba a que los vientos más peligrosos, normalmente más cerca del ojo, pasarían cerca de las Islas Vírgenes y cerca o justo al norte de Puerto Rico durante este miércoles.
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Los vientos con fuerza de huracán se extendían 80 kilómetros desde el centro de Irma, mientras que los vientos con fuerza de tormenta tropical se extendían unos 280 kilómetros, según el Centro Nacional de Huracanes.