Líder de ‘NXIVM’ se niega a declarar ante juez de Texas

Keith Raniere declinó hacer comentarios en los cuatro minutos que duró la audiencia; el magistrado dictó prisión sin fianza y pidió su traslado a Nueva York para continuar el juicio.

Editorial Milenio
Texas /

El líder de la secta NXIVM, Keith Raniere, se negó a declarar ante un juez federal de Fort Worth (Texas), por lo que el magistrado Jefferey Cureton decidió mantener al acusado en prisión sin fianza y enviarle al estado de Nueva York para continuar allí el juicio.

Según medios locales, Raniere, de 57 años, declinó hacer comentarios en los cuatro minutos que duró la vista y su abogado tampoco puso ninguna objeción a su nueva extradición a Nueva York.

Este lunes las autoridades mexicanas arrestaron al sospechoso en una lujosa villa a las afueras de Puerto Vallarta, en el occidental estado de Jalisco, y lo enviaron a Texas para que sea juzgado de tráfico sexual y de someter a otras personas a trabajo esclavo.

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Anticipando su regreso a Nueva York, los fiscales presentaron un escrito al juez del distrito neoyorquino Steven Gold, requiriendo una orden de detención permanente.

Los letrados federales consideran elevado el riesgo de fuga debido a "los enormes recursos de los que dispone" Raniere, además del peligro que supone para la comunidad su libertad.

En 1998, este supuesto gurú de la motivación personal creó la organización "Programas Ejecutivos de Éxito" (ESP, por sus siglas en inglés), a través de la cual impartía talleres de cinco días por los que cobraba hasta 5.000 dólares.

Años más tarde fundó NXIVM, donde obligaba a los asistentes a tomar clases adicionales a mayor precio y se les incita a traer a otras personas para "ascender" dentro de los rangos de NXIVM y así obtener privilegios.

La historia ofrece un giro aún más oscuro cuando en el año 2015, Raniere forma una sociedad secreta dentro de NXIVM llamada "DOS", "para empoderar a las mujeres y erradicar las debilidades del programa de estudios".

Estas mujeres se convertían finalmente en sus esclavas sexuales, siendo forzadas a realizar tareas domésticas y marcadas a fuego como ganado en sus zonas pélvicas con las iniciales del líder.

Además, las víctimas eran extorsionadas con información comprometedora sobre amigos y familiares, fotografías de desnudos y derechos sobre las pertenencias que ellas mismas aportaban.

El Departamento de Justicia informó en un comunicado de que si finalmente es declarado culpable de estos cargos, la sanción mínima a la que se enfrenta es de 15 años de prisión y que incluso puede ser condenado a cadena perpetua.

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