Decenas de miles de personas marcharon en la capital de Nicaragua, convocados por empresarios para exigir el fin de la represión contra los participantes de las protestas que han estremecido al gobierno del presidente Daniel Ortega, en el poder desde hace 11 años.
La denominada "Marcha por la paz y el diálogo" concentró en Managua a trabajadores, estudiantes, pobladores y empresarios, con banderas de Nicaragua y vistiendo camisas blancas o negras, en duelo por los muertos. La macha fue pacífica y se entonó el himno nacional junto a consignas contra "la dictadura de Ortega" y a favor de los estudiantes detenidos.
"Nicaragua te amo", se leía en algunas pancartas de los manifestantes, mientras otros exhibían los nombres de estudiantes muertos en las protestas iniciadas el miércoles pasado, y que han dejado "casi diez muertos" según el gobierno y al menos 27 según organismos humanitarios, además de casi 500 heridos y decenas de detenidos y desaparecidos.
Convocada por el poderoso Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), la marcha atrajo a un conjunto de sectores disconformes con el gobierno para apoyar las protestas desatadas por una reforma al sistema de pensiones que aumentaría las cuotas obreras y patronales.
Aunque Ortega revocó el domingo la reforma, las protestas han continuado en señal de disconformidad general con el gobierno del ex líder sandinista, acusado hoy de "dinasta".
"No nos vamos a sentar en ningún diálogo mientras no se libere a todos los detenidos, mientras no cese la represión y mientras no se den las condiciones necesarias para dialogar", dijo a la prensa Michael Healy, presidente de la Unión de Productores Agropecuarios de Nicaragua.
El movimiento partió de una rotonda en el este de la ciudad hacia la sede de la Universidad Politécnica, epicentro de las protestas, que fue invadida la noche del domingo por policías antimotines y donde aún resisten los estudiantes.
"Aquí va a haber un antes y un después, lo que está pasando ahora es la historia en movimiento. Los jóvenes le está dando una lección (al gobierno), después de esto nada va a ser igual" en Nicaragua, vaticinó la poetisa y teóloga Michelle Najlis.
Al pasar por barrios populares que fueron bastiones de la insurrección popular que llevó a la Revolución Sandinsta en 1979, pobladores salieron a la calle a apoyar la marcha con banderas de Nicaragua y mangueras para ofrecerle agua a los participantes.
El ex jefe del ejército de Nicaragua y hermano del presidente Ortega, general Humberto Ortega, pidió hoy desde Costa Rica, donde vive como empresario y alejado de la política, que la Iglesia católica nicaragüense actúe como garante del diálogo.
Humberto Ortega exhortó a su hermano a cesar la represión y permitir "las marchas pacíficas" apegadas a la ley.
También le recordó que "la policía esté para garantizar que haya marcha y no para reprimirla", y también le advirtió evitar "que el ejército se involucre", a sabiendas de que muchos mandos castrenses se negaron a participar de la represión, y en alusión a la insurrección que hace 40 años derrocó a la dictadura somocista y su Guardia Nacional; insurrección de la que fue parte Daniel Ortega, hoy devenido en un nuevo dinasta.