¿Las declaraciones de Flynn afectan a Trump?

El es asesor de seguridad de Donald Trump admitió haber mentido al FBI sobre sus nexos con el embajador ruso, pero ¿es suficiente para probar la colusión con Rusia?

El ex asesor de seguridad de Trump, Michael Flynn.
Editorial Milenio
Washington /

La declaración de culpabilidad de Michael Flynn —ex asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca— no solo agregó una nueva capa de mentiras en la amplia investigación sobre los vínculos entre el presidente Donald Trump y Rusia, sino que también aumentó el escrutinio sobre el yerno del presidente, Jared Kushner.

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Sin embargo, la admisión de Flynn y todo lo que se sabe de las pesquisas hasta ahora no han resuelto la pregunta fundamental que el abogado especial Robert Mueller está tratando de responder: ¿El equipo de campaña de Trump se confabuló con Rusia para ganar las elecciones? En otras palabras, aún no aparece la evidencia incriminatoria incontrovertible.

Aun así, Mueller no ha dejado ninguna duda de que sus investigadores han acumulado toneladas de información sobre los contactos entre los allegados de Trump y los rusos, y ahora están buscando reunir más datos de Flynn, su nuevo cooperador clave.

Al forzar la ayuda de Flynn, Mueller tendrá a alguien que puede darle información cercana sobre Trump y sus consejeros más cercanos durante la campaña, el equipo de transición entre gobiernos y los primeros días de la administración de Trump. Varios allegados del presidente han reconocido que en esos momentos hubo comunicación con personas conectadas con Rusia.

En las horas que pasaron después de que Flynn admitió haber mentido sobre sus contactos con un funcionario del gobierno ruso, dos nombres aparecieron como actores integrales en sus acciones.

Kushner fue identificado como un funcionario de transición "muy alto", quien ordenó a Flynn que contactara a gobiernos extranjeros, incluso Rusia, sobre una resolución adoptada por el Consejo de Seguridad de la ONU en diciembre pasado.

El otro fue KT McFarland, quien se desempeñó como asesor adjunto de seguridad nacional de Flynn. McFarland fue un alto funcionario de transición involucrado en las conversaciones con Flynn sobre qué transmitir a Sergey Kislyak, entonces embajador de Rusia en Estados Unidos, sobre la respuesta a las sanciones impuestas a Rusia por el gobierno de Obama.

Kushner y McFarland no han sido mencionados en los papeles judiciales, pero la participación de McFarland fue confirmada por dos ex funcionarios de transición que hablaron a condición de mantener el anonimato porque no estaban autorizados para discutir públicamente del asunto. Uno de los oficiales confirmó la participación de Kushner.

Flynn se convirtió en la cuarta persona que se sabe que fue acusada en la investigación de Mueller. También es la segunda, después del exasesor político de campaña George Papadopoulos, en cooperar con los investigadores.

Tanto para Flynn como para Papadopoulos, los fiscales emplearon una estrategia similar y de libro de texto: aceptar una declaración de culpabilidad limitada y convertir a los acusados en cooperadores del gobierno.

Papadopoulos y Flynn se declararon culpables de mentir al FBI sobre sus contactos con extranjeros pero no por su conducta subyacente.

Sin embargo, la admisión de Flynn de un solo delito grave por declaraciones falsas lo volvió hasta ahora el primer funcionario de la Casa Blanca de Trump en admitir culpabilidad en la investigación penal de Mueller. Los documentos judiciales han dejado en claro que altos funcionarios de Trump estaban al tanto de sus contactos con funcionarios rusos en las semanas previas a la toma de posesión.

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Esa revelación acercó la investigación sobre Rusia hacia las profundidades de la Casa Blanca y planteó dudas sobre la exactitud de las afirmaciones del gobierno de que Flynn había engañado al vicepresidente Mike Pence y a otros funcionarios sobre sus llamadas con Kislyak.

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