Un año después del golpe de fuerza dado por la Marcha de las Mujeres, que movilizó a 3 millones a todo lo argo y ancho de Estados Unidos tras la investidura presidencial de Donald Trump el 20 de enero de 2017, ellas regresaron, ahora con gorros color rosado en la cabeza.
Como destaca desde Washington el diario francés Le Nouvel Observature (L’Obs), en el contexto del movimiento antiabusos sexuales #MeToo y las elecciones legislativas de medio mandato de noviembre próximo, megamanifestaciones tuvieron lugar en diversas ciudades de EU el sábado, primer aniversario de la llegada de Trump a la Casa Blanca.
También hubo protestas en varias capitales europeas en defensa de los derechos de las mujeres y contra Trump, por ejemplo, en Londres centenares de personas se concentraron frente a la residencia de la primera ministra, Theresa May, en Downing Street, para expresar su hartazgo por el acoso sexual, la violencia y la discriminación sufridos por las mujeres.
Trump anunció recientemente que no acudiría a la inauguración de la nueva embajada de EU en Londres, donde podría ser recibido con manifestaciones en su contra.
También en Berlín, manifestantes —entre los que había alemanes e inmigrantes de EU— se dieron cita en la puerta de Brandeburgo, cerca de la embajada de Washington con carteles en inglés llamando a “resistir” y a “levantarse, unirse y luchar”. Los organizadores pidieron a los estadunidenses que vivan en el extranjero que se inscriban para poder votar por correo en las elecciones de mitad de mandato, que tendrán lugar en noviembre, a fin de revertir la mayoría republicana en el Congreso. Las protestas se replicaron en la plaza de Trocadero, frente a la Torre Eiffel de París y en Madrid, donde las pancartas conjuntaron las consignas anti-Trump con la defensa de los derechos de las mujeres: “Ni odio, ni racismo, ni Trump” y “La revolución será feminista o no será”.
Aún no se conoce la cifra global de las movilizaciones en Washington, Filadelfia, Boston o Denver, entre otras ciudades de EU. Le Nouvel Observateur destaca que la manifestación más importante se dio en Los Ángeles, segunda ciudad del país, con casi 4 millones de habitantes, donde marcharon unos 600 mil manifestantes.
En Los Ángeles, la actriz Natalie Portman entusiasmó a los manifestantes al destacar que “el año pasado, hablamos del inicio de una revolución (...). Hoy, gracias a ustedes, ¡la revolución está en marcha!”.
Más allá del movimiento #MeToo —surgido hace una década, pero que recobró bríos en el contexto del escándalo Weinstein—, las pancartas levantadas por las manifestantes, que desfilaron junto a hijos, esposos y amigos, reflejaron las múltiples razones de su rechazo a la administración Trump: desde el endurecimiento de la política migratoria a las amenazas que pesan sobre el derecho al aborto y las acusaciones de incompetencia.
En Nueva York, Washington o Los Ángeles, mujeres y hombres se mostraron igual y mayoritariamente hostiles al inquilino de la Casa Blanca, en protestas que también se replicaron ayer en Las Vegas, Nevada, donde los demócratas están dispuestos a dar la batalla para reconquistar el Congreso.