El presidente de Estados Unidos, Donald Trump firmó un decreto que revive los proyectos relativos a dos polémicos oleoductos, aunque adelantó que los contratos serán sometidos a una renegociación.
Con la firma, el presidente volvió a traer a flote el extenso oleoducto Keystone XL, que transportaría crudo desde Canadá a refinerías en Estados Unidos, y otro que atravesaría territorio indígena en Dakota del Norte.
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El proyecto Keystone XL había sido descartado por el anterior presidente, Barack Obama, ante la enorme presión que ejerció la comunidad ligada a la protección ambiental.
El gobierno de Canadá, en tanto, apoyaba la idea de manera discreta, aunque el propio primer ministro, Justin Trudeau, decidió despegarse de la idea.
En tanto, el Oleoducto de Dakota del Norte se había convertido en el centro de una espectacular polémica.
Grupos indígenas y agrupaciones de apoyo organizaron una encarnizada resistencia al proyecto, con intensa movilización que incluyó celebridades del cine, hasta que el gobierno de Obama decidió también sepultar la idea.
Miles de personas llegaron a acampar en el helado territorio abierto de Dakota del Norte, en pleno invierno, para bloquear el proyecto.
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La tribu Sioux temía que la construcción del oleoducto en su territorio promueva contaminación de las aguas y la destrucción de áreas que consideran sagradas.
AFC