Cuba se acerca a un cambio presidencial inédito el próximo jueves 19 de abril, y aunque Raúl Castro, 86 años, ha mantenido en suspenso el nombre de su candidato, las opiniones dentro y fuera del país, incluida una encuesta privada echada a rodar en las redes sociales, apuntan al ingeniero Miguel Díaz-Canel, 57 años, pese a que tampoco se descartan las sorpresas.
A pocas horas de que el liderazgo del Estado y del gobierno deje de estar en manos de algún miembro de la familia Castro Ruz, otras figuras también han saltado a la palestra por la renovación que se espera en varias posiciones claves del ejecutivo y la Asamblea Nacional.
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Díaz-Canel es primer vicepresidente del gobierno y miembro del Buró Político (BP) del Partido Comunista –principal instancia colegiada en la estructura de mando del país- y llegó a esa altura a partir de ser mucho antes dirigente estudiantil de base.
Luego fue jefe del partido en las provincias de Villa Clara (centro), donde subió su popularidad –"montaba bicicleta y hacía fila con la gente para entrar al cine", dicen quienes lo conocieron entonces- y Holguín (oriente), donde asistió a Fidel Castro cuando en 2006 lo sorprendió la complicación intestinal que ese mismo año lo obligó a retirarse de la vida pública.
Tanto contrarios como partidarios de gobierno coinciden en considerarlo "más que todo un continuador y no un renovador". Para el académico Arturo López-Levy es "improbable" que elimine el sistema de partido único vigente, porque en su opinión "una apertura de ese tipo en el contexto actual (de vuelta a la confrontación con Estados Unidos) sería un suicidio".
Sin embargo, genera expectativas el hecho de que por primera vez en décadas el Estado y el gobierno tengan al mando a alguien ajeno a la lucha guerrillera del siglo pasado, surgido del ámbito político después del triunfo de la revolución en 1959 y no del militar, sector con fuerte incidencia en la vida del país.
El ex analista de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de EU Brian Lattell considera no obstante que Díaz-Canel "ha tenido muchísimo tiempo para congraciarse con las fuerzas armadas, que es donde reside el verdadero poder en Cuba".
La incógnita será despejada el jueves, cuando los 605 miembro de la Asamblea Nacional recién electos voten por los próximos 31 miembros del Consejo de Estado -a partir de una candidatura hasta ahora secreta-, y ese mismo día de entre ellos sean seleccionados el presidente, el primer vicepresidente y otros altos cargos
Para sustituir a Díaz-Canel como segundo al mando del Estado o a Esteban Lazo, 74 años, en la jefatura de la Asamblea Nacional, se habla entre otros del canciller Bruno Rodríguez, 60 años, integrante del BP del partido, quien el sábado pasado afirmó en la VIII Cumbre de las Américas que La Habana "no cederá un milímetro" ante las presiones de Washington para que cambie su sistema político, y Mercedes López Asea, ingeniera forestal, 54 años, actual jefa del partido en La Habana y también miembro de su BP.
Otras figuras que podrían formar parte de los enroques, serían el doctor Roberto Morales Ojeda, 51 años, titular de Salud Pública, miembro del BP, y Lázaro Expósito, 63 años, quien comanda el partido en Santiago de Cuba, segunda ciudad en importancia de la isla, y fue el político con mayor votación en las últimas elecciones generales, después de Raúl Castro.
Pero aunque el acento sea puesto en el rejuvenecimiento, se descarta la sustitución del Consejo de Estado del titular de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, general de tres estrellas Leopoldo Cintras Frías, 76 años, y de su segundo al mando, general del mismo rango Álvaro López Miera, 75 años, en tanto se especula que el vice presidente Salvador Mesa, 73 años, sería promovido a otro cargo.
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