Shimon Peres, el último de los padres fundadores de Israel, ganador del premio Nobel de la Paz era un veterano de la política internacional, un ferviente partidario de la paz que defendió hasta el último minuto el diálogo con los palestinos.
Aunque su origen es polaco, Shimon Peres representó en vida el espíritu pionero de los judíos fundadores de Israel después de la segunda guerra mundial.
Nacido el 2 de agosto de 1923, Peres creció dentro de una familia de clase media en la ciudad de Kronstadt, Alemania, hasta que su padre decidió en 1934 migrar a Palestina (territorio controlado en ese entonces por Inglaterra).
Desde joven, el dos veces primer ministro de Israel fue partidario del sionismo, una ideología judío-política que buscaba el restablecimiento de una patria segura para el pueblo judío en la Tierra de Israel. Ese movimiento –Shimon Peres incluído- fue el promotor de la fundación del Estado de Israel, como actualmente lo conocemos.
Dotado de un aura que Israel va a echar de menos, Peres, de 93 años, había dejado la presidencia en 2014 y desde entonces ejercía como sabio, siempre presente en la escena internacional.
Presente en la escena política desde la creación del Estado de Israel en 1948,Shimon Peres mostró una resiliencia a toda prueba.
Forjado por las derrotas, se imponía una dura disciplina y aseguraba que el secreto de su longevidad era el ejercicio diario, una dieta muy frugal y un vaso o dos de un buen vino.
"Todo el mundo come tres veces por día. Si comes tres veces te llenas de grasa. Pero si uno lee tres veces por día, uno se convierte en un sabio, es mejor ser sabio que graso", aconsejaba el líder en una entrevista concedida a la AFP en 2012, precisando que solo dormía 4 o 5 horas.
Desde que dejó la presidencia, ya siendo nonagenario, conservó su vivacidad y siguió viajando por el mundo, como un orador requerido en muchos foros mundiales.
El halcón convertido en paloma
Desde que en 2007 se convirtió en el noveno jefe del Estado de Israel, Peres utilizó esta función para promover la paz, al punto en que se convirtió casi en el único opositor al primer ministro de derecha Benjamin Netanyahu.
Pero esta figura histórica del Partido Laborista, movimiento que estuvo en los orígenes de la fundación de Israel, no siempre fue un hombre de
El eterno perdedor
Sin embargo, Peres logró ser reconocido como paloma de la paz al impulsar los acuerdos de Oslo, sellados en 1993 con la Organización de Liberación de Palestina (OLP).
El primer ministro de la época, Isaac Rabin, su gran rival en el seno del laborismo, todavía era muy escéptico con respecto a la vía diplomática para llegar a la paz, en la actualidad muy degradada, un plan que proyectaba la creación de un Estado palestino, que pondría fin a decenas de años de conflicto.
Su papel activo en las conversaciones le valió en 1994 el premio Nobel de la Paz, que compartió con Rabin y Yasser Arafat.
Entró en política a los 25 años gracias al "viejo león" de la política israelí, David Ben Gurion, a quien conoció haciendo autostop.
Su carrera es una muestra de una tenacidad a toda prueba, que lo hizo reponerse de todos los reveses y acumular quizás el récord del político con más derrotas. Vencido en las legislativas de 1977, 1981, 1984, 1988 y 1996, cultivó la imagen del "eterno perdedor" que se levantó después de cada fracaso.
Pasó por casi todas las carteras del gobierno: dos veces jefe de gobierno, ministro de Relaciones Exteriores, Defensa, Información, Transportes e Integración.
Israel le debe a Peres su robusta industria armamentística y de aeronáutica. También es considerado el "padre" del programa nuclear israelí.
"Shimon Peres fue un presidente importante gracias al estatuto especial que tenía en las capitales del mundo entero y a la dignidad que supo devolver a Israel tras el escándalo de Moshé Katsav", su predecesor condenado y encarcelado por violación, recordaba con nostalgia el columnista Nahum Barnea.
JMC