Una potente tormenta azotó Europa el pasado jueves con vientos y nieve, matando a por lo menos siete personas en Holanda, Alemania y Bélgica, volcando camiones y obligando a cancelar vuelos y trenes.
En Holanda, usuarios de redes sociales exhibían imágenes de gente cayéndose de sus bicicletas por el viento, contenedores de cargo zafándose de los barcos y daños a edificios, incluyendo la pérdida del techo de un conjunto residencial en Rotterdam.
El tránsito rodado en las carreteras holandesas se sumió en el caos mientras el viento derribaba tráileres y árboles, entorpeciendo los esfuerzos para limpiar el desastre. En Ámsterdam, las autoridades suspendieron el servicio de tranvías y cerraron el zoológico.
El servicio meteorológico nacional registró rachas de viento de 140 kilómetros por hora en el puerto sureño de Hook. Las autoridades de Holanda, un país de baja altitud con algunas zonas bajo el nivel del mar, cerraron las compuertas a 75 kilómetros al este de Ámsterdam ante las crecidas.
Antes de suspender su servicio, el sistema ferroviario holandés reportó varios percances, incluyendo un choque entre un tren y un trampolín. En Ámsterdam, un hombre apenas se salvó cuando un árbol le cayó encima a su motoneta. El hombre resultó ileso.